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Gracias a SeleneSusMediaErato por el beteo :D :D :D!! ! ! Los errores que queden son míos :D
La simple alegría de vivir
Tercera parte
Con ayuda de Malfoy, Harry cayó en el departamento de Draco y fue arrastrado hasta la recámara. Malfoy desapareció por un momento, luego reapareció con una poción en la mano y forzó a Harry para que la bebiera. La poción sabía como a bananas y el dolor de su hombro cedió pronto.
—Necesito ver contra qué me estoy enfrentando —dijo Malfoy.
Cuando Harry se giró para quitarse la capa, el dolor despertó de nuevo y lo hizo jadear.
—Quédate quieto —ordenó Malfoy. Unos cuantos hechizos para cortar después y el pecho de Harry estaba desnudo. Entonces, Malfoy se inclinó, desató los zapatos de Harry y se los sacó. —Acuéstate — dijo Malfoy y entonces lo ayudó a recostarse boca abajo.
—¿Y bien? —dijo Harry tras dejar que Malfoy mirara fijamente su espalda por un rato.
—Creo que vamos a tener que llamar a un experto.
—Te lo dije, no quiero que esto esté en los periódicos.
—Eso no va a pasar. No te preocupes.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó Harry, pero su pregunta fue ignorada porque Malfoy salió de la habitación, seguramente para llamar a su experto.
Unos minutos después, Narcisa Malfoy entró a toda prisa en la habitación. Un elfo doméstico que cargaba un pequeño baúl iba a su lado.
—Qué vergüenza —les dijo—. Ustedes, peleando como niños —se puso al lado de la cama para examinar la herida de Harry —¡Tergeo! —la sangre desapareció del hombro de Harry —¿Qué le diste? —le preguntó a su hijo.
—Un vial de esa poción que le diste a Scorpius cuando se cayó de la escoba.
Narcisa tronó la boca. —Eso no va a ser ni remotamente suficiente. Supongo que ambos han estado bebiendo. ¿Cuánto bebió él?
—Un vaso de whisky de fuego, creo.
Harry alzó la voz. —La mitad de un vaso.
El elfo doméstico abrió el baúl, revelando una variedad de pociones. Narcisa eligió una rosa y luego otra color lila. Luego miró a ambos mientras hacía "hmm" antes de decidirse por la lila.
—Tómalo —le dijo, entregándoselo.
Harry lo miró por un momento, luego se lo bebió de un trago. Sabía a flores. No sólo hizo que el dolor se fuera aún más, sino que le regaló un feliz sentimiento de estar flotando en absoluto bienestar. Nada pudo afectar su buen humor, ni Narcisa abriendo su hombro con unas pinzas y lanzando Accios.
En algún punto, Harry se dio cuenta de que los Malfoy habían dejado la habitación y podía escuchar voces del otro lado de la puerta, pero ni siquiera se molestó en escuchar. Su mente continuó vagando sin propósito.
—Señor Potter.
¿Alguien lo llamaba?
—Señor Potter —dijo la voz de nuevo.
Girándose, Harry vio que era Narcisa.
—Ya le he dado instrucciones a mi hijo, pero necesito decirle que debe descansar mañana. Como mañana es sábado, no debería poner el trabajo como excusa. Dejé una poción renovadora de sangre que debe tomarse cada doce horas. También dejé una crema que Draco va a aplicar en su hombro tres veces mañana, empezando al mismo tiempo que se tome la poción. ¿Tiene alguna pregunta?
Harry sonrió soñador. —Eres una buena mami.
La expresión de Narcisa se suavizó. —Gracias.
—También eres bonita. Pero no tan bonita como Malfoy.
Ella pareció divertida, pero sólo respondió con otro suave: —Gracias.
* * *
—¿Cómo se ve? — preguntó Harry.
Malfoy dejó de esparcir la crema. —De verdad, Potter, no creía que fueras tan vanidoso como para preocuparte por una cicatriz en tu espalda.
—No respondiste mi pregunta.
—Bien, entonces. No necesitas preocuparte. La extensión de tu exquisita espalda todavía no está estropeada. Tus músculos podrán tensarse sin dificultad.
Harry hundió su cabeza en la almohada. — Por favor, ya no hables.
Malfoy soltó una risita y siguió aplicando la crema.
Realmente, pensaba, estar en casa de Malfoy no había sido malo para nada. Probablemente ayudaba el hecho de que Harry había estado dormido casi todo el tiempo. Podría culpar a su cansancio o a la cantidad de sangre que había perdido, pero eso no era todo. No había tenido tanto descanso desde que Ginny le había dicho que quería el divorcio.
La cama del Caldero Chorreante no se podía comparar a la de Malfoy. El colchón era tan firme como a Harry le gustaba, las sábanas eran suaves y la almohada era perfecta. Como cada vez había más y más posibilidades de que Ginny se quedara con la casa, Harry iba a necesitar una nueva casa. Se preguntó si a Malfoy le importaría decirle dónde había conseguido la suya.
Cuando había tratado de disculparse con Malfoy por tomar su cama, su disculpa fue desdeñada. Había una segunda habitación, la que Scorpius usaba cuando andaba por ahí y en la que Malfoy había dormido.
Malfoy no había sido tan malo, tampoco. Había despertado a Harry cuando era tiempo de tomar su poción, había aplicado la crema por primera vez y entonces le había permitido a Harry dormir de nuevo. Cuando Harry había despertado por segunda vez, le había mostrado el baño y le había dado los pantalones negros de un pijama. Habían discutido si Harry debía o no usar una camisa también, pero se decidió que no por miedo a que quitara la crema que había aplicado.
Hubo sopa y sándwiches para el almuerzo y luego Malfoy aplicó la crema por segunda vez. Ya que Harry estaba totalmente despierto, se sintió extraño con Malfoy tocándolo, pero apartó el sentimiento. No era como si Malfoy quisiera hacerlo.
La tarde la pasó leyendo. Harry les escribió cartas a sus hijos y, cuando le pidió a Malfoy su lechuza para mandarlas, descubrió que Malfoy tenía una carta para Scorpius preparada. Malfoy encendió el fuego para ayudar a repeler el frío que se estaba colando en aquél frío día invernal.
En algún punto, Harry debió quedarse dormido en el colchón porque despertó cuando Draco entró cargando una bolsa de comida para llevar. La nieve había invadido su túnica y su cabello estaba mojado, lo que le dio una apariencia oscura. Su nariz, que Narcisa debía haber reparado la noche anterior, estaba ligeramente roja por el frío.
—Está congelado ahí afuera —dijo Malfoy.
Harry se quitó de encima la manta que no recordaba haberse puesto encima y se levantó. Malfoy le dio una bolsa. —Traje la cena. ¿Por qué no pones la mesa mientras me cambio?
Harry apenas había encontrado los platos cuando escuchó el ruido de la regadera. Menos de diez minutos después, Malfoy salió usando una bata azul.
—Puse un hechizo para mantener caliente la comida —explicó Harry cuando se sentaron a comer.
Estaban terminando cuando Malfoy escuchó un golpeteo en la ventana. La abrió y una lechuza familiar voló dentro.
—Es la lechuza de Ron —dijo Harry, cuando la lechuza dejó caer una carta frente a él. —Me pregunto qué quiere — parecía un vociferador. Pero, ¿por qué le mandaría un vociferador Ron? Rompió el borde para abrirla.
—¿DÓNDE CARAJO ESTÁS? —Rugió la voz de Ron —LLÁMAME AHORA.
Confundido, Harry miró a Malfoy, quien se encogió de hombros.
—Mi móvil —dijo Harry—. Estaba en mi capa.
—Entonces debe estar en el baúl con cajones que está en la recámara. Tu capa está ahí también. La limpie tan bien como pude, pero creo que es una pérdida total.
Harry marcó el número de Ron tan rápido como recuperó su móvil en la recámara. Ron respondió al instante.
—¿Dónde estás? —Gritó al teléfono —No importa. Necesitamos hablar ahora mismo. Nos apareceremos en el Caldero Chorreante.
—No —dijo Harry rápidamente—. No estoy ahí.
—Entonces dime dónde estás.
Harry le echó una mirada a Malfoy, inseguro de cuál era la dirección.
—Dile que tome la red flu a Hardcord Residence número dos.
Menos de un minuto después de que le repitiera la dirección a Ron, llegó por la chimenea con Hermione y Ginny.
En lugar de saludarlo, Ron le preguntó en tono rudo: —¿Dónde estabas a la una en punto hoy?
—¿Qué está pasando? —dijo Harry, moviéndose hacia Hermione para ayudarle a sacudirse la ceniza de su ropa.
Un jalón de la mano de Ron lo detuvo. —Te hice una pregunta.
—Por la forma en que lo preguntas —dijo Malfoy, inclinándose contra la pared y observando al grupo —suena como si no debiera responder sin un abogado presente.
—Cállate Malfoy —dijo Ron y entonces hizo una pausa—. ¿Malfoy? ¿Qué estás haciendo aquí?
—Sucede que vivo aquí.
Ron sacudió la cabeza levemente, desdeñando ese asunto para girarse hacia Harry. —Necesito saber dónde has estado.
—No hasta que me digas qué está pasando.
Hermione se adelantó. —Hace unas horas, mientras Ron, Ginny, Viktor y yo salíamos de un restaurante en Diagon Alley tras comer juntos, alguien atacó a Viktor. Está en San Mungo.
—¿Está muy herido?
—Los sanadores no ven nada mal físicamente, pero todavía estaba inconsciente cuando nos fuimos. Creo que... — comenzó Hermione, antes de ser interrumpida por Ginny.
—¿Lo hiciste, Harry? ¿Atacaste a Viktor?
—¿Qué? ¡No! Por supuesto que no.
—Alguien lo hizo —continuó Ginny—. Y tú tienes un motivo.
Harry miró a los tres alternativamente. Podía entender que Ginny pensara que era capaz de atacar a Viktor. Entre más tiempo pasaba, más se daba cuenta de que no la había conocido para nada y que probablemente ella nunca lo había conocido verdaderamente. Pero seguramente Ron y Hermione no creían que podía hacer algo así.
—No tuve nada que ver con eso —dijo Harry con firmeza.
—¿Tienes una coartada? —preguntó Ginny.
—La tiene —dijo Malfoy, enfrentándose al grupo—. Es imposible que Potter haya estado en cualquier lugar cerca de Diagon Alley hoy.
—Quédate fuera de esto, Malfoy —Ron apenas miró en dirección a Malfoy.
—Es imposible porque Potter estaba conmigo —agregó Malfoy.
Todos giraron para ver a Malfoy.
Malfoy elevó su voz: —Estuvo conmigo todo el día. Anoche también.
Todos giraron para ver a Harry.
Harry sacudió la cabeza. —Malfoy, no tienes que...
—¿No tengo que qué, Harry? —dijo Malfoy, enfatizando el nombre. Se movió para quedar tras Harry y lo envolvió con sus brazos. Harry fue jalado hacia atrás contra el pecho de Malfoy en un gesto protector. Harry se puso tenso momentáneamente, antes de relajarse lentamente—. No me avergüenzo de lo que somos.
Ahora las miradas se dividieron entre Malfoy y un furiosamente sonrojado Harry. Sus ojos se abrieron mucho cuando cayó en que Malfoy estaba usando una bata mientras él tenía el pecho desnudo.
—Harry ha estado aquí desde anoche y hoy, también —repitió Malfoy—. La mayoría del tiempo, en mi cama. Incluso tomaría veritaserum para probarlo.
—Eso es... eso es... —tartamudeó Ron.
—Bueno —dijo Hermione, introduciéndose en la conversación suavemente. Le lanzó una mirada de disculpas a Harry—. Les dije que no lo habías hecho. Que no lo harías. Uno pensaría que tras todos estos años habrían aprendido a escucharme.
—¿Estás con Malfoy? —Finalmente, Ron estalló— ¿Con Malfoy?
—Harry ha sido un adulto por un largo tiempo —riñó Hermione—. Como el adulto sin compromisos que es actualmente, la persona que elija para pasar su tiempo es su asunto y de nadie más —Ron parecía estar a punto de amotinarse, ella lanzó su siguiente pregunta— ¿Realmente hubieras preferido que Harry hubiera atacado a Viktor en lugar de haber estado durmiendo con Malfoy?
—¿No puedo elegir la opción número tres? —miró a Harry, luego se encogió de hombros, lamentándolo—. Está en lo correcto. Deberíamos... Debería haberlo sabido. Lo siento, amigo.
Harry sabía que debería sacar a sus amigos de su error. Debería haberles dicho que, aunque había estado con Malfoy, no había sido de la forma en que Malfoy los había llevado a creer deliberadamente. Pero... estaba absolutamente cabreado porque Ron y Ginny habían sacado tan rápido esa conclusión. Era bueno dejarlos retorcerse por su conclusión equivocada.
Y, aunque no quería examinarlo muy a fondo, ser sostenido por Malfoy se sentía... se sentía bien. Sabía que Malfoy lo estaba haciendo sólo por volver loco a los Weasley, pero Harry se sintió cálido, seguro y cuidado.
—Está bien —respondió Harry, sin mucho éxito en contener la amargura de su voz.
—No, no lo está —el rostro de Malfoy fue todo desprecio para Ron—. Deberías estarte arrodillando, Weasley.
Ginny se acercó a Harry y puso una mano en su pecho. Él se estremeció, pero ella no lo notó.
—Yo también lo siento —dijo.
Malfoy gruñó y Harry fue jalado hacia él con más fuerza. —Manos quietas, si no te importa. Ya no es tuyo.
Ginny miró a Malfoy enojada mientras quitaba su mano del pecho de Harry. —No te atrevas a lastimarlo.
—O sea, ¿como tú lo hiciste? —respondió Malfoy.
El rostro de Ginny se coloreó y sus ojos se alzaron para encontrar los de Harry. —Nunca quise lastimarte.
—Hiciste un trabajo desastroso entonces, incluso para ser un accidente —escupió Malfoy. Su mirada barrió la habitación—. Ahora que todos han descubierto que sus acusaciones sin fundamento no sólo no tenían fundamento sino que eran tremendamente idiotas, apreciaría que se fueran. Tenemos mejores cosas que hacer.
—Y nosotros también —dijo Hermione—. Los aurores están esperándonos para interrogarnos acerca del ataque.
Ginny dudó un momento, pero Hermione la tomó del brazo y desaparecieron. Ron dudó también, estudiando a Harry y a Malfoy.
—Esto sí que explica algunas cosas. Especialmente lo de sexto —dijo, lentamente, como si descubriera algo. Asintiendo hacia ellos, desapareció también.
Harry y Malfoy se quedaron como estaban por unos momentos más.
—¿Qué crees que quiso decir con eso? —preguntó Harry, finalmente.
—Como si algún día pudiera descifrar el razonamiento de un Weasley —respondió Malfoy. Su voz era baja y Harry sintió el cálido aliento contra su oreja—. ¿Estás bien?
Harry consideró decir "No". Estar ahí, con Malfoy rodeándolo, lo estaba excitando. Pensó que debería retorcerse en los brazos de Malfoy y pegársele más. Pensó que debería susurrarle a Malfoy que no estaba bien y que lo ayudara a olvidar. Pensó que Malfoy se reiría de él por eso.
Respirando profundamente, Harry dio un paso hacia adelante, desembarazándose de los brazos de Malfoy, que cayeron.
Sin darse vuelta para mirar a Malfoy, Harry fue directamente hacia una ventana y miró el exterior con ojos ausentes, deseando que su cuerpo se calmara.
—No deberías haber hecho eso. Ahora piensan que dormimos juntos.
—Corrección —dijo Malfoy—. No deberíamos haber hecho eso. Dudo que me hubieran creído si no te hubieras acurrucado tan bien en mis brazos —se movió para quedar a su lado—. Además, es mejor que dejarlos pensar que atacaste a Krum sólo porque se te va un poco el caldero.
Harry no estaba muy seguro sobre eso.
—Dime —Malfoy arrastró las palabras—, ¿Weasley siempre da alaridos cuando algo le hace enojar?
—No creo que Ginny haya soltado alaridos.
Malfoy sonrió de lado.
—No estaba hablando de ella.
* * *
Las cosas fueron diferentes después de que Hermione, Ginny y Ron se fueran porque aunque había estado con Malfoy, se había estado casi cómodo. Ese sentimiento se había ido. En su lugar, Harry estaba en el límite y agudamente atento a sus movimientos todo el tiempo.
Les tomó poco tiempo recoger los restos de su cena. Harry y Malfoy tiraron la basura y guardaron los sobrantes en el refrigerador. Después, Harry llenó el fregadero de agua y Malfoy tomó una toalla para secar los platos, vasos y cubiertos que habían usado.
Ocasionalmente, mientras trabajaban en ello, sus hombros chocaban y Harry se encontraba tanto temiendo como ansiando esos momentos. Cuando el último plato fue hecho a un lado y el fregadero drenado, se giró hacia Malfoy.
—Debería irme.
Malfoy pareció desconcertado, pero asintió. —Pero falta una última aplicación de la crema.
—Acabemos con eso para que me pueda ir.
Harry fue hacia la recámara, sin siquiera ver si Malfoy iba tras él, y se acostó sobre la cama. Escuchó los pasos de Malfoy al entrar en la habitación y parar. Por un momento no pasó nada y Harry se negó a girar su cabeza para mirarlo.
Finalmente, escuchó a Malfoy caminar hacia le mesita de noche, seguido por el ruido de un bote al abrirse. La cama se hundió cuando Malfoy se sentó al lado de Harry.
La fría crema hizo que Harry se tensara, pero se mordió los labios para no quejarse. Hasta ahora, Malfoy había calentado la crema antes de aplicarla.
Harry trató de relajarse, trató de recuperar el control que había tenido en las primeras dos aplicaciones, pero fue imposible. Estaba intensamente consciente de que era la mano de Malfoy la que estaba en su hombro. Era la mano de Malfoy la que se deslizaba por la piel de su espalda. Desafortunadamente, su tensión no pasó desapercibida.
—Dios, Potter —murmuró Malfoy—. La visita de tus amigos sí que te pasó cuenta. Estás todo tenso. Déjame ayudarte.
Una mano se unió a la primera. Ambas empezaron a amasar los músculos de la espalda de Harry, empezando por arriba y trabajando hacia abajo. Mientras Malfoy frotaba su espalda, a Harry, para su horror, se le estaba parando. Su miembro estaba llenándose y agrandándose.
Harry no pudo evitarlo. Dejó escapar un gemido necesitado.
—Se siente bien, ¿no? —preguntó Malfoy
Las manos de Malfoy bajaron hasta la espalda baja de Harry. —Todavía estás demasiado tenso. Sé de una forma perfecta para relajarte.
Por favor, que sea una poción, pensó Harry. Si Malfoy lo masajeaba más, no sabía si sería capaz de seguir ahí tirado y actuar como si no lo afectara. Terminaría haciendo algo estúpido, algo humillante, algo que le daría a Malfoy material para usarlo contra él por años.
Una mano pasó por el trasero de Harry y Harry se corrió.
Estuvo de pie en un instante, corriendo apresurado por toda la habitación, juntando sus zapatos, su varita y los restos de su capa.
—Tengo que irme —dijo Harry, sin atreverse a mirar a Malfoy a la cara. Apretando su ropa entre sus manos, se dirigió hacia la chimenea—. Tomaré la red flu hasta el Caldero, si no te molesta.
—Harry... —comenzó Malfoy, pero Harry no estaba escuchando.
—Gracias por todo — dijo Harry, agarrando un puño de polvos flu. Lanzó el polvo y gritó "El Caldero Chorreante". No fue sino hasta que fue succionado que captó el rostro de Malfoy. Parecía afectado.
Y así fue como Harry Potter fue fotografiado saltando fuera de la red flu del Caldero Chorreante con los pies descalzos y el pecho desnudo, y sosteniendo una capa hecha pedazos. Entre la foto y el ataque a Viktor Krum ese número del Profeta se vendió como pan caliente.
* * *
Harry deseaba que alguien fuera asesinado, entre más sangre mejor. No es que quisiera que alguien muriera, sólo que ya no podía soportar la asfixiante atmósfera de su oficina. Malfoy y él no habían intercambiado más de dos palabras. Pero, desafortunadamente, no había ningún asesinato por resolver.
Todos los demás, según parecía, estaban trabajando en el ataque a Krum. Un zumbido de excitación corría por el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Un zumbido que pasaba de largo por la oficina de Harry y Malfoy. Todo lo que tenían en su escritorio eran viejos casos y otro reporte de una varita robada que él y Malfoy revisarían más tarde.
Sintiéndose inquieto, Harry dejó su oficina para vagar por el pasillo y conseguir una taza de café, con la idea de estar en la sala de descanso por algunos minutos.
Había tomado su primer sorbo cuando Ron entró, lo miró y se detuvo en el acto.
—Hola —dijo Ron finalmente, moviéndose hacia el armario para tomar una taza—. Vi la foto del Profeta.
Harry peleó contra el rubor. Había esperado que la gente viera la foto el domingo por la mañana y la olvidara para el lunes. Había esperado demasiado.
—¿Malfoy y tú pelearon cuando nos fuimos? —continuó Ron.
—No —dijo Harry rápidamente—. No fue nada de eso.
Ron le lanzó una mirada escéptica mientras se servía su café. —Hermione me dio una charla sobre violencia ayer. Si hice algo que causara un problema entre tú y Malfoy entonces estoy... bien, no estoy realmente arrepentido, pero...
Fue ese momento el que eligió Malfoy para entrar en la habitación. Se detuvo por unos segundos, procesando la mirada de preocupación de Ron y el rostro sonrojado de Harry, antes de caminar hacia éste último.
Malfoy resbaló un brazo alrededor de la cintura de Harry. —Ey, amor, deberías haberme dicho que ibas por café. Te hubiera pedido una taza para mí.
Sus labios rozaron la mejilla de Harry y él se tensó, aunque su corazón se aceleró. Y esa fue la razón por la que no protestó cuando Malfoy le quitó la taza de café de las manos.
—Tomaré el tuyo, entonces —dijo Malfoy con una sonrisa, antes de salir tranquilamente.
—Supongo que no hubo pelea —dijo Ron y, a pesar de lo que había dicho antes, hubo una nota de decepción en su voz.
—No —dijo Harry, todavía mirando fijamente la puerta por la que había salido Malfoy.
—Probablemente debería revisar las reglas sobre fraternización —dijo Ron antes de irse.
Harry suspiró y tomó otra taza del armario.
* * *
—¿Qué es lo que piensan algunos padres? —exclamó Malfoy cuando dejaban la Encantadora Escuela de Encantamientos para Jóvenes Magos y Brujas. El crujir de la nieve bajo sus zapatos pareció agregar énfasis a sus palabras —Capturar Billywigs durante sus vacaciones en Australia es una cosa. Dejar a un niño de ocho años llevarlos a la escuela como proyecto de ciencias, es otra. Completamente loca, si me preguntas.
—Hmm —dijo Harry.
—No creo que sea asunto de un auror tener que calmar a una habitación llena de niños carcajeantes y flotantes. Si nos descuidamos, nos llamarán para infestaciones de gnomos.
—Ah-ah.
Malfoy resopló. —Potter, tu falta de reacción ante mi furia realmente me saca de ritmo. Enfoca la poca atención que eres capaz de poner en lo que es realmente importante: yo.
—Lo siento —murmuró Harry—. No puedo concentrarme porque sigo penando en Krum.
—Aunque no puedo quejarme de tus gustos, el señor Krum ha probado, desafortunadamente, ser heterosexual. Lo ha probado con tu esposa, de hecho.
El aullido que soltó Malfoy cuando Harry le dio un codazo en las costillas hizo que Harry sonriera.
—Eso no es lo que quise decir. He estado tratando de hacer una lista de posibles enemigos y no se está ampliando. ¿Quién lo atacaría?
—Puede haber sido cualquiera. Alguien de su legión de fans que se volvió chiflado. Alguien de tu legión de fans que se volvió chiflado. Hay una larga lista de posibilidades, pero debido a tu conexión con los involucrados no vamos a trabajar en ese caso.
—Necesito hablar con él —declaró Harry.
—¿Quién, Krum?
—Sí. Quienquiera que haya sido debe haber tenido como objetivo a Krum, pero pudo haber lastimado a alguno de mis amigos. Voy a ir a San Mungo a interrogarlo sobre el ataque.
Harry sintió su brazo ser jalado por Malfoy antes de poder desaparecerse. —No te dejarán verlo.
—Tengo que intentarlo —Harry se quitó de encima la mano de Malfoy—. Podría saber de alguien que tuviera un motivo para matarlo.
—Sí, sí sabe: ¡Tú! — Malfoy pasó una mano por su cabello —¿No lo captas, Potter? Creen que estabas demasiado ocupado follando con tu nuevo novio, que sería yo, como para molestarte en planear una venganza.
Harry abrió la boca para discutir, pero se detuvo y miró a Malfoy.
Malfoy frunció el ceño cuando vio que Harry lo estaba viendo. —Despeiné mi cabello con eso, ¿no? Maldigo a mi amor por los gestos dramáticos.
—Krum no sabe que estaba demasiado ocupado follando con mi nuevo novio como para planear una venganza —dijo Harry lentamente.
—¿Y?
—Y yo creo que debería decirle. O mejor aún —agregó Harry, pasando sus manos por la cintura de Malfoy—, creo que debería ir a San Mungo inmediatamente y mostrarle.
Antes de que Malfoy pudiera decir una palabra en contra, lo que quiere decir que Harry actuó increíblemente rápido, los apareció a ambos en San Mungo.
* * *
No les tomó demasiado encontrar la habitación de Krum en el cuarto piso. Era la puerta con un auror afuera, que vigilaba un poco más allá del área del pasillo donde varios reporteros estaban sentados.
—Maldición — murmuró Harry, mientras espiaba desde el armario en el que él y Malfoy se habían metido cuando habían visto al contingente de reporteros—. Nunca los pasaremos.
—Podría transformarte en un sapo y ponerte en mi bolsillo.
—No —dijo Harry con firmeza.
—¿Puedo transformarte en un sapo de todas formas?
—No —repitió Harry—. Supongo que podría usar mi capa de invisibilidad.
—No funcionaría. Tu capa debe ser bastante vieja. Probablemente andrajosa para este momento —dijo Malfoy—. Hazte para atrás y déjame lidiar con esto.
Mientras Harry miraba por la abertura de la puerta del clóset, Malfoy caminó despreocupadamente y se sentó junto a uno de los reporteros, quien garabateaba algo en una libreta. Tras un minuto, encontró la mirada del reportero y le regaló la sonrisa menos-Malfoy posible, amigable.
—¿Esperas a un amigo? —preguntó Malfoy.
El hombre negó con la cabeza. —Cubro una historia —señaló con la cabeza la puerta que guardaba el auror—. Krum está ahí.
—¿Krum? ¿Viktor Krum? ¿De verdad? ¿Qué le pasó?
—Fue atacado. No hay muchos detalles sobre el atacante, pero a pesar de que los aurores claman que tiene una coartada, mi dinero apuesta por Harry Potter.
Malfoy asintió, de acuerdo. —Siempre me pareció que no estaba nada bien, si me preguntas. Toda la presión por ser el Niño Que Vivió y pelear contra Voldemort y eso de ser tan santurrón que da asco seguramente debe haberlo atrapado y lo debe haber roto.
El hombre se encogió de hombros y regresó su atención a la libreta.
—Apuesto a que Potter ha estado a un pelo de kneazle de perder la cordura por años —continuó Malfoy.
Silencioso, Harry juró golpear fuerte a Malfoy a la siguiente oportunidad.
—Digamos —dijo Malfoy, en voz bastante alta—, viendo que eres un reportero, apuesto que tienes una respuesta. ¿Era el ministro de magia ese que vi pasar con una mordida de hombre lobo hace un rato?
El reportero lo miró. Todos los otros reporteros que estaban sentados cerca dejaron de hacer lo que estaban haciendo y miraron a Malfoy también.
—¿Qué viste? —preguntó el reportero.
—No fue nada. No debí haber dicho nada. Estoy seguro que era él, necesitarán calmar todos los chismes.
Los reporteros volaron por sus cosas y corrieron por el pasillo. Algunos fueron hacia el elevador, otros decidieron que podría ser más rápido si bajaban por las escaleras.
El corredor estuvo vacío para cuando Harry salió del armario.
—Esos pobres reporteros —dijo Malfoy—. Harry Potter sale del armario y se lo pierden.
—Cállate, Malfoy. No puedo creer que mentiste así sobre el ministro.
—No mentí. Pregunté si era el ministro el que había sido mordido. La respuesta correcta era "no".
—Todavía queda el auror.
—Déjamelo a mí también —Malfoy caminó hacia el auror y dijo— Smithers. Venimos a interrogar a Krum.
Harry se preguntó cómo sabía Malfoy el nombre del auror, pero recordó que Malfoy, a pesar de haber estado por tan poco tiempo en el Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, ya parecía saber el nombre de todos.
Smithers les lanzó, tanto a Malfoy como a Harry, una mirada evaluativa. —Se supone que no debo dejar entrar a nadie.
—No te preocupes, Smithers. Enviaron a Potter conmigo para mantenerme vigilado.
Una expresión confundida reinó en el rostro de Smithens. —¿Por qué harían eso?
—Porque los Malfoy se han dado a conocer por usar técnicas menos que legales para interrogar gente.
—¿Eh? —dijo Smithens.
Malfoy se cruzó de brazos. —Ya sabes, los Malfoy, malvados verdugos y eso —ante la falta de respuesta por parte de Smithens, continuó— ¿Lucius Malfoy? ¿La mano derecha de Voldemort?
—Oh, sí. Voldemort. He escuchado sobre él.
—¿Has escuchado sobre él? —dijo Malfoy incrédulo.
Después de que la puerta se cerrara tras ellos, Malfoy miró a Harry. —¿Es que nadie sabe de historia contemporánea?
Harry se encogió de hombros y se acercó a la cama de Krum. —Creo que está durmiendo.
—No por mucho —Malfoy pateó la cama del hospital—. ¡Krum! Despierta. El esposo al que le pusiste cuernos está aquí en busca de venganza. Prepárate para morir.
Krum despertó, vio a Harry y sus ojos se abrieron desmesuradamente, alarmados.
—¡Malfoy! —Harry lo golpeó en el brazo.
—¡Ves! —dijo Malfoy—. Se ha puesto tan terriblemente violento que no puede distinguir a sus amigos de sus enemigos.
—No estoy violento —le dijo Harry a Krum, quien no pareció creerle, por la forma en la que estaba alejándose tanto como le era posible en su posición.
Harry se giró hacia Malfoy. —Ahora, mira lo que has hecho. Estoy aquí para interrogarlo y tú le haces pensar que quiero matarlo.
Un corto momento de silencio siguió, luego Malfoy puso un gesto en su rostro que le hizo a Harry desear haber muerto años antes, cuando había tenido la oportunidad.
—Lo siento, pastelito, pero no pude detenerme.
Ante el tono afectuoso de Malfoy, Harry parpadeó. Krum se detuvo, a punto de caer por el borde de su cama, para girarse y mirar fijamente a Malfoy.
—Él y tu ex-esposa te lastimaron. Sé que debería estarle agradeciendo porque si no hubiera roto tu matrimonio, entonces ¿dónde estaríamos? Pero no puedo evitarlo, dulcecito. No puedo olvidar todas las noches que pasaste llorando en mi almohada, inconsolable.
Ahora Krum miraba fijamente a Harry.
—Suficiente, Malfoy.
—Todo ese tiempo que pasaste, lamentándote y maldiciendo tu destino, ahogando tus penas en cubetas de cerveza de mantequilla, que aunque tan ligero era capaz de liberar tu embriagada mente.
—Malfoy.
—Amenazando con cortar tus muñecas o saltar de un precipicio o...
—¡Malfoy!
Malfoy se detuvo, luego miró a Harry, parpadeando rápidamente. —¿Sí, dulzurita achuchable?
—Yo no conozco esa palabrrra —dijo Krum—. ¿Qué es un dulzuritachuchable?
—¡Bueno, es Harry! —dijo Malfoy, antes de que Harry pudiera decir una palabra— ¿No es simplemente la cosa más tierna? Tiene esos increíblemente detestables lentes, ese maravillosamente atroz cabello y esa expresión felizmente vacía cuando trata de pensar.
Krum frunció el ceño, tratando de buscarle sentido e lo que había dicho.
Harry jaló a Malfoy de su capa.
—De verdad, nalguitas de miel —murmuró Malfoy, causando que Harry lo soltara inmediatamente—, sé que me quieres todo el tiempo pero no cuando hay público —Malfoy se giró hacia Krum—. El hombre simplemente no puede quitarme las manos de encima. Y te lo debo a ti.
Krum miró a Harry. —¿Por eso quieres matarme?
Malfoy frunció el ceño mientras Harry jalaba una silla para sentarse cerca de la cama de Krum.
—No quiero matarte. Todo lo que quiero es escuchar tu versión del ataque.
Hubo una pausa antes de que Krum asintiera. —Como yo les dije a los otros aurrrores, yo estaba en el restaurante, Panache, y yo vi ese... —Krum formó un círculo con sus manos— ese cosa viniendo hacia nosotros, más grrrande que una snitch, más pequeño que una quaffle. Yo extendí la mano, yo lo agarré, entonces yo sentí dolor. Ellos me dijeron que eso había explotado y yo colapsado. Cuando yo desperrte, yo estaba así.
—¿Así cómo? —preguntó Harry — Escuché que estabas herido, ¿pero dónde?
Krum parecía abatido. —Yo estoy más que herrido —dijo—. Yo estoy arrruinado.
Malfoy se adelantó. —¿Arruinado?
Krum bajó el rostro y su voz no fue más que un susurro. —Yo he perrdido mi magia. Se ha ido.
* * *
En cuclillas, Harry estudiaba el área afuera de Panache, el restaurante donde Krum había sido atacado. —Desearía saber dónde estaba cada uno cuando pasó.
—Se supone que ni siquiera deberíamos estar involucrados en este caso. Lo sabes. Weasley se pondrá furioso cuando sepa lo que estamos haciendo —Draco dejó de hablar por un momento y luego sonrió—. ¿Quieres que te ayude?
Harry negó con la cabeza y se puso de pie. Se arregló la capa y empezó a caminar al Caldero Chorreante. —Probablemente no deberíamos.
—Muy bien. Ve y arruíname la diversión.
—Esto es serio. Krum perdió su magia.
—Ni me lo recuerdes. Que te roben la magia... es escalofriante.
—Sí, noté cómo brincaste lejos de Krum cuando nos contó —dijo Harry—. No creo que la pérdida de magia sea contagiosa.
Malfoy frunció el ceño mientras caminaban. —Bueno, eso explica por qué no nos entrevistaron.
—¿Qué? —preguntó Harry.
—Puedes ser el mejor amigo de Weasley y El Niño Que Mató A Voldemort, pero había una ligera posibilidad de que pudieras ser el atacante de Krum, debimos ser interrogados bajo veritaserum. Una vez que descubrieron que la esfera esa había causado que Krum perdiera su magia, supieron que no podías haber sido tú así que ni se molestaron. Seguro que los reporteros no saben, ya que todavía te consideran sospechoso.
—Ey —dijo Harry, indignado—, pude haber hecho algo como eso.
—La persona que atacó a Krum hizo uso de mucho tiempo y planes cuidadosos con ese aparato. Tu idea de planes cuidadosos es ponerte los calcetines antes de los zapatos.
—¡Eso no es cierto! ¡Puedo planear!
Malfoy abrió la puerta del Caldero Chorreante y la sostuvo para Harry. —Absolutamente no. Toma tu carrera como ejemplo. Si pusieras algún esfuerzo de tu parte, serías el jefe de aurores, no Weasley.
—Yo no... —Harry se ruborizó y fue a ordenar. Malfoy hizo lo mismo.
—Tú no, ¿qué, Potter? —dijo Malfoy cuando se sentaron en una mesa con sus cervezas— ¿No querías ser el jefe de aurores? —Miró alrededor por si alguien estaba escuchando y luego bajó la voz —Potter, ¿me estás diciendo que rechazaste la posición?
—¿Sabes lo que hacen los jefes de aurores? —replicó Harry— La mayoría del tiempo se sientan en sus escritorios pensando qué aurores deberían trabajar en qué misiones, revisan reportes, se reúnen con el ministro, ellos...
—Sé muy bien lo que hacen, Potter. ¿Cuál es el punto?
—Mi punto es: piensa en lo que no hacen. No salen y resuelven casos. No tienen oportunidad de entrevistarse con magos y brujas ordinarios. No protegen a la gente. No hacen lo que yo quería hacer.
—¿Todavía estás tratando de salvar al mundo?
—Por lo menos esta vez es por elección propia.
Afortunadamente, la mesera llegó con su pescado con patatas y, cuando Malfoy habló otra vez, cambió el tema por completo y Harry lo dejó.
—Tomé mi primera cerveza aquí, ¿sabes? —dijo Malfoy.
—¿Seh?
—Sí. Fue el día que te conocí. Mi madre me encontró en la tienda de Madam Malkin después de ir a buscar esto y lo otro y esperamos hasta que papá terminó con sus asuntos en Gringotts. Declaró que como era un hombrecito en camino de ir a la escuela, era adecuado que tomáramos nuestro primer trago juntos. Mientras mamá iba a casa con nuestras compras, me trajo aquí.
Harry se sintió ligeramente envidioso. Él tenía buenos recuerdos de ese día. Hagrid había sido genial y todavía podía recordar la emoción de tener a Hedwig. Pero, sin importar cuán fantástico había sido Hagrid, no era un sustituto de sus padres.
—Nos sentamos en aquella mesa, esa de ahí —dijo Malfoy, usando una patata para señalar una mesa privada cerca de la pared. Nunca había estado aquí. Este no era el tipo de lugares que mis padres frecuentaban. Como mi padre me había sermoneado sobre la importancia de conocer a las personas correctas en la escuela, todo lo que podía pensar era que del otro lado de la pared había muggles que podían entrar en cualquier momento y tratar de quemarnos. Imaginé toda clase de cosas que podría hacer con mi nueva varita y que podrían detenerlos.
Malfoy le sonrió a Harry. —Ten en cuenta que todo lo que sabía era Lumus y Nox, los que sólo había lanzado con las varitas de mis padres y que ellos las aferraban todo el tiempo, también.
Harry, por su parte, había escuchado algo que sonaba familiar. —¿Las personas correctas? ¿No es eso lo que dijiste cuando te presentaste en el tren?
—Tenía once, Potter. ¿De dónde crees que saqué esa idea? Además, en ese tiempo mi idea de lo que eran "las personas correctas" era un poco diferente de lo que sospecharías. Mi madre me había prometido una dotación constante de chocolates. El hermano de Greg era una fuente de cigarros y Vince tenía un primo que ocasionalmente mandaba porno, el Wandplay.
Harry se rió. —Si me hubieras dicho que me darías chocolates, cigarros y revistas sucias, tal vez hubiera tomado tu mano. Me hubieras corrompido por completo.
—Un Harry Potter corrupto —murmuró Malfoy—. ¿De verdad hubiera sido tan fácil?
Tomando un trago de su cerveza de mantequilla, Harry sonrió y se encogió de hombros.
Malfoy se inclinó hacia Harry, repentinamente serio. Su voz, que había tenido cierto ritmo cuando había contado su historia, se volvió un ronroneo. —¿Y qué necesitaría para corromperte ahora?
Harry dejó de respirar y su mirada fue capturada por la de Malfoy.
—¡Señor Potter! —gritó una voz femenina.
Girando su cabeza, Harry vio a Rita Skeeter mirándolo para abajo. Tras ella estaba su fotógrafo.
—Oh, mierda —se levantó, pero era demasiado tarde para escapar sin tirarla de un empujón, de paso. Y no es que no hubiera considerado ese método por unos segundos.
—Dígame, señor Potter, mis lectores están ansiosos por saberlo, ¿ver a Viktor Krum con sus más cercanos y más queridos le hizo perder su notable temperamento y atacarlo? ¿Y cuál fue el aparato que usó? Todos están tan misteriosos al respecto.
—Yo...
—Rita, luces tan increíble como siempre —dijo Malfoy, empujando al fotógrafo hasta que quedó al lado de Harry—. Me sorprende verte aquí.
—¿Dónde más estaría?
—Estás totalmente en lo correcto. ¿Por qué no estarías aquí? Siempre has estado más que dispuesta a darle a los otros reporteros una oportunidad de obtener historias para la primera página de El Profeta —Malfoy aprovechó la momentánea confusión de Rita para jalar a Harry y empezar a empujarlo hacia la puerta.
La confusión se fue de los ojos de Rita mientras los seguía. —Tienes que hacer algo mejor que eso, querido Draco. Eso podría funcionar en alguien más, pero yo he inventado las insinuaciones e indirectas. Sé que no hay otra gran historia en otra parte.
—Ay, Rita, tu falta de fe me lastima profundamente.
Malfoy y Harry estaban acercándose a la puerta. Una vez afuera, podrían desaparecerse. —¿Mi casa? —susurró Malfoy y Harry asintió.
—Déjame conseguirte la simpatía del público —le propuso Rita a Harry—. El héroe que envejece, rechazado por su amor verdadero, se vuelve loco y ataca a su rival.
Antes de que Harry pudiera responder, Malfoy se rió ásperamente. —Estás errando el tiro. Harry, aquí presente, tiene una coartada. Estaba con su novio.
Harry y Malfoy salieron a toda prisa por la puerta, pero Rita estaba sobre sus talones.
—¿Novio? Harry Potter no tiene novio.
—Lo tiene —dijo Malfoy—. Yo.
Juntos, Harry y Malfoy se desaparecieron.
Aún sin una entrevista con Harry, Rita tuvo su historia en primera plana, después de todo.
* * *
Harry había desarrollado un odio por llegar tarde, recientemente. Llegar incluso un minuto tarde causaba que Malfoy lo acosara con pesadeces sobre privilegios especiales dados a los mejores amigos, con sarcásticos comentarios adicionales acerca de héroes que eran derrotados por el tiempo, literal y metafóricamente. Y no ayudaba que, cuando dejaba su habitación en el Caldero Chorreante, tras entrar a hurtadillas muy de noche, tres diferentes personas, con copias de El Profeta en las manos, habían querido interrogarlo sobre su relación con Malfoy.
Parte de él no podía entender cómo todos podían creer tan fácilmente que Malfoy era su novio, sólo porque estaba en el periódico. Cierto, últimamente se había llevado mucho mejor con Malfoy, más de lo que había creído posible. Cierto también que, excepto por Ron, Malfoy había sido el mejor compañero que le habían asignado. Pero eso no era decir mucho. Los compañeros anteriores de Harry habían sido unos completos imbéciles.
Mientras Harry corría por el pasillo del ministerio, echó una mirada a su reloj para ver si podría llegar a la oficina a tiempo y no notó que Thacker daba vuelta en una esquina; en consecuencia, chocó con él y los tiró a ambos al piso.
—¡Harry! —dijo Thaker— Esperaba encontrarme contigo en algún punto —le sonrió mientras se levantaba— Esto no es precisamente lo que tenía en mente.
—Lo siento —dijo Harry.
Alcanzó la mano de Thaker y dejó que lo ayudara a levantarse, luego frunció el ceño porque Thacker no lo dejó ir inmediatamente.
—¿Estás bien, Harry?
Asintiendo, Harry jaló ligeramente su mano, pero Thacker lo sujetaba con fuerza. —Estoy bien.
—La razón por la que te pregunto es porque estoy preocupado por ti. Específicamente, estoy preocupado por lo tuyo con Malfoy.
Harry jaló de nuevo. Su mano siguió atrapada.
—¿Qué conmigo y Malfoy?
—Nada. Es sólo que me doy cuenta de que las cosas no han funcionado bien para ti antes. Has sido lastimado. Pero... sabes que puedes encontrar alguien mejor que Malfoy, ¿verdad?
—Malfoy y yo estamos bien juntos —esta vez, cuando jaló su mano, Thacker la dejó ir.
—Sí, pero tú nunca me diste una oportunidad. Sé que la jodí de mala manera y lo siento. Pero estoy seguro de que podría compensarte. Si me dejaras, claro.
—¿Matando tiempo en el pasillo, Harry? —dijo Malfoy, apareciendo repentinamente a su lado —Qué terriblemente plebeyo de tu parte, especialmente cuando tienes una oficina perfecta para matar el tiempo —se giró hacia Thacker—. Si nos disculpas, Harry y yo tenemos trabajo que evitar hacer.
Harry le lanzó una mirada ceñuda a Malfoy mientras caminaban juntos hacia su oficina, dejando a Thacker tras ellos.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó Malfoy, extrañamente atento a la respuesta de Harry.
—Creo que quería que fuéramos compañeros de nuevo —dijo Harry, encogiéndose de hombros.
* * *
—No puedo creer que ni siquiera estuviera segura de cuándo se le perdió —dijo Malfoy. Su indignación causaba que su paso fuera más rápido de lo usual, así que Harry tuvo que apresurarse para seguirle el paso mientras caminaban hacia un punto donde pudieran desaparecerse.
Era un simple caso de una varita perdida. Sólo Malfoy podría ponerse así por eso.
—La escuchaste. La señora Stanley dijo que la mantenía a su lado en la cama. No es como si la hubiera puesto en un cajón y la hubiera olvidado ahí o algo.
—¿Cómo vive la gente así? —preguntó Malfoy— Ni siquiera tiene elfos domésticos.
—Tú ni siquiera tienes elfos domésticos.
—Sí, pero llegará el momento en que me convertiré en Lord Malfoy. Tendré elfos domésticos y no tendré que vivir entre carencias.
Harry se encogió de hombros. —No creo que mucha gente se sienta entre carencias por no tener elfos domésticos. Especialmente no la señora Stanley porque nació de muggles. Su esposo es un muggle. Su familia es toda muggle, excepto por ella. Supongo que piensa en la magia como una herramienta, no como un estilo de vida.
Malfoy se detuvo y miró a Harry fijamente. —No piensas así en la magia, ¿o sí?
—No, pero para mí fue diferente. Yo no tuve muchos nexos con el mundo muggle. No tuve amigos muggles, tuve relaciones terribles. Preferí por mucho el mundo mágico.
—Bien —dijo Malfoy y siguió caminando.
—¿Bien? ¿Cómo que bien?
Malfoy lo ignoró. —Como esta es la segunda varita que se pierde en cuestión de días, me tomé la libertad de concertar una cita con Olivander esta tarde. Se ha retirado, pero cuando supo que eras tú el que querías la entrevista, se sintió feliz de cooperar.
Harry frunció el ceño. —No me gusta usar mi nombre de esa forma.
—Lo sé —dijo Malfoy, con engreimiento—. Es bueno que me tengas a mí para hacerlo por ti, ¿no?
* * *
La entrevista con Ollivander fue tan bien como Harry esperaba. En otras palabras, fue bastante mal.
Ollivander lo había recibido en la puerta de su departamento, situado no muy lejos de Diagon Alley. Cuando había visto a Malfoy, sin embargo, su felicidad se había opacado. Aunque Malfoy se había sentado en silencio y había dejado que Harry fuera el que hablara, las respuestas que recibieron fueron lacónicas.
Sí, Ollivander recordaba las varitas: acebo con corazón de cabello de veela y espino con cabello de unicornio. No, no sabía de alguna razón por la que alguien las tomaría, no había nada especial con ellas. Era tarde cuando dejaron la casa de Ollivanders. Todo les había tomado más tiempo del que debiera. Todavía estaban a veinte kilómetros del ministerio y, entre lo tarde que era y el clima frío, las calles estaban totalmente vacías. Harry había considerado regresar al Caldero Chorreante en lugar de a la oficina, pero no creía poder soportar a los reporteros o a la gente ruidosa preguntándole cosas.
—Y bien, ¿por qué crees que no le agrado? —dijo Malfoy— El hombre fue todo cortesía conmigo. Mucho más cortés conmigo como anfitrión de lo que mi familia fue cuando estuvo invitado en la nuestra.
—¿Te has disculpado con él?
—¿Con qué propósito?
Harry dejó de caminar. —No sé, tal vez demostrar que lo sientes.
—Cuánto nos arrepentimos, mi familia y yo, del pasado, carece de importancia —dijo Malfoy—. Hay algunas cosas para las que las disculpas no son suficientes y el perdón jamás será logrado.
—No sé de eso. Yo lo he perdonado todo.
Hubo un momento de pesado silencio que causo que Harry se diera cuenta de lo que había dicho y mirara a Malfoy.
—Y esa es la razón —dijo Malfoy cuando finalmente habló— por la que nadie debería dejarte salir jamás sin un guardaespaldas.
Harry estaba por rebatir cuando Malfoy se lanzó sobre él y lo tiró al piso, cubriendo el cuerpo de Harry con el propio.
Sobre sus cabezas zumbaba una esfera brillante.
Malfoy agitó su varita hacia ella y lanzó un hechizo. La esfera quedó atrapada en un círculo de energía. Harry empujó a Malfoy, rodó por el piso y se puso de pie. La esfera había venido del norte y él corrió en esa dirección mientras lanzaba encantamientos de detección, buscando al que le había lanzado la esfera. Al dar vuelta en una esquina estuvo a tiempo para ver cómo una figura oscura desaparecía.
—Maldición —dijo, frenando y bajando su varita.
Malfoy se precipitaba por la esquina, casi chocando contra él.
—Se desapareció —dijo Harry, antes de que Malfoy pudiera preguntar.
Malfoy asintió y luego se giró para regresar. —Creo que casi te conviertes en una víctima de la cosa que le dio a Krum. La tengo en una cápsula de éxtasis mágica.
—¿Está desactivada, entonces?
—No, pero no va a explotar ni a robar nuestra magia tampoco.
—Bien. Deberíamos llevarla al Departamento de Misterios. Hacer que los expertos lo analicen para ver si pueden encontrar cómo hacerlo funcionar y revertir los efectos en Krum.
Malfoy le disparó una mirada. —Potter, yo era el experto.
Regresaron al lugar donde la esfera estaba, todavía atrapada por la cápsula inmovilizadora. Sacando una bolsa de su capa y agrandándola, Malfoy puso la esfera, con trampa y todo, en ella, cuidadoso de hacerlo todo con su varita y sin tocarla él mismo. Redujo la bolsa y la regresó a su bolsillo. —Necesitamos reportar que te atacaron y entregar esto, aunque dios sabe lo que esos idiotas que todavía trabajan en el Departamento de Misterios harán con ella. Seguramente, la pondrán en un estante y esperarán a que aparezca la información.
—Oh —dijo Harry, lentamente—. Podrías llevarla contigo a casa y trabajar en ella tú mismo.
Malfoy lo miró, sorprendido. —¿Me estás diciendo que deberíamos mentir y decir que no la tenemos?
—No, no estoy diciendo que deberíamos mentir. Estoy diciendo que no reportemos el incidente.
—¿No reportarlo? ¡Eso es absurdo! Alguien te atacó, Potter. Probablemente lo intentarán de nuevo. Los aurores necesitan saber que estás en peligro.
—Puedo cuidarme solo.
—¡Ja! Si no hubiera estado aquí, te hubiera dado. Además de que tu vida está en peligro, si no le decimos al departamento de aurores, podríamos estar escondiéndoles información que pudiera ayudarles a resolver el caso.
—Si quieres reportar el ataque está bien. Tú ganas. Le diremos a Ron que vimos la esfera volando hacia mí. Pero entonces diré que voló lejos. Tú mismo dijiste que eres el experto en cosas mágicas raras. Será más productivo si nos la quedamos para que la examines.
Malfoy pensó en ello por un momento, antes de asentir. —Pero te harás responsable de la mentira si nos explota en la cara.
—De acuerdo —dijo Harry. Miró al bolsillo donde Malfoy había metido la esfera—. Pero asegúrate de que esa cosa no explote en la tuya.
no subject
Date: 2008-02-11 04:13 am (UTC)sigue así, mira que el fic está muy interesante jojo y me gustaría leerme tu traducción y no el fic en inglés.
besos!!!
SinieStra Malfoy
no subject
Date: 2008-02-11 04:57 am (UTC)Oh, felicidad absoluta.
no subject
Date: 2008-02-11 05:10 am (UTC)Los diálogos son brillantes e ingeniosos, y Malfoy diciéndole
nalgas de miel a Harry Potter no tiene precio!
La traducción esta genial también, lo malo es que va muy lento,
*esquiva un zape de Loredi* no te creas!
Yo aquí de limosnero y con garrote, ya en serio, descansa mucho,
no leas libros en blanco y por aqui esperamos tus textos.
Gracias, me has alegrado la noche con esta historia!
no subject
Date: 2008-02-11 05:36 am (UTC)También me ha sorprendido muchísimo que la esfera esa te deje sin magia, el horror >_< sólo eso -y recalco el SÓLO- hace que me de penita Viktor; pero ya que estamos, Ginny NO debería acercarse ni a tres kilómetros de Harry! ¬¬* la muy bitch! Aunque me encanta que Draco aproveche para manosearse al moreno xDDD
La traducción ha estado excelente L, en serio, y fue un bonus leer sobre la Wandplay, al fin conozco la competencia de la Playwizard!! xDDDDD
Nos estamos leyendo!
Djeri =^.^=
no subject
Date: 2008-02-11 07:58 pm (UTC)Y Harry bien q quiere pero se resiste XDDDDDD
Es tan divertido... ya quiero q pase lo de kinky XDDDDDDD
no subject
Date: 2008-02-12 04:08 am (UTC)Thanks por traducirrrr!!!
SARAHI
Date: 2008-04-29 10:14 pm (UTC)no subject
Date: 2009-01-12 04:24 pm (UTC)Hace un tiempo te dejé comentario en SH preguntándote si habría posibilidades de que continuaras la traducción y hoy, cuando intenté lo mismo, SH estaba sin funcionar y he tenido que buscar por todas partes dónde dejarte un comentario xDDD ¿servirá si te acoso por msn?
No sé qué habrá pasado con esta historia, ni siquiera sé si estará terminada en el original, pero he tenido pesadillas en las cuales queda inconclusa por siempre ;_; ¿sería mucho molestarte pidiéndote al menos una explicación? Algo para saciar a mi molesto consciente que no deja de pensar en qué pasará con esto u.uU Y si ya tenés el resto publicado por alguna parte, xD y yo no lo he visto... me compraré unos anteojos como los de Harry Potter porque créeme que busqué por todas partes el resto. Incluso intenté leerlo en inglés, pero no entendí absolutamente nada de nada T///T
Si no hay ninguna posibilidad de que continues xD pues... comenzaré con mis clases de inglés de nuevo (aunque odio el idioma) porque de verdad ¡ohdiosmío! Quiero saber qué pasa a continuación.
Te mando muchos, muchos besos xD Ahora me he releído el último capítulo y sé que no debí hacerlo, ;_; simplemente me torturo a mí misma T-T pero es que los diálogos de esta autora son tan geniales que me enferman de envidia ¿cómo pude escribir así?
Hey, ofrezco soborno para que continúes la traducción xDDD ¿qué pides a cambio?
no subject
Date: 2009-01-12 04:31 pm (UTC)Bueno... al menos tengo esperanzas de poder leerlo en inglés alguna vez.
En serio ¿qué pides a cambio de terminar la traducción en algún momento? XD recuerda que a mí no me hiciste regalo de cumpleaños y soy una buena compatriota de Slytherin *carita de ángel*
no subject
Date: 2009-01-12 05:03 pm (UTC)Abacho ^^
L
no subject
Date: 2009-01-12 09:08 pm (UTC)Y gracias por el genial cumplido ;) pero todo lo que dije es cierto n///n (nada mejor que la verdad para dar culpa ¿no? X//D)
no subject
Date: 2009-01-15 04:47 am (UTC)Adoro este fic, recuerdo este cap, me encanta el humor que tiene, los dobles sentido, la tensión entre Harry y Draco, el caso que tienen que resolver... aah es genial.
Gracias!