loredi: (harrybub)
He actualizado la lista maestra con 5 drabbles, 2 del [livejournal.com profile] dracothon , 3 del [livejournal.com profile] harrython . Todos ellos están visibles para el público en general en sus respectivas comunidades.

Y ahora procedo a presumirles mis banners de participación n.n

Los del Harrython, hechos por Aradira n.n )

Los del Dracothon, hechos por Perla Negra )

La vida no está fácil por estos rumbos pero pronto traré actualizaciones y etc.
loredi: (Default)
Título: Contigo sí
Continuación de CONTIGO NO
Autora: Loredi
Clasificación: PG
Resumen: Cuando tuvo fuerza, Scorpius salió del armario de los Potter.
Advertencias: Angst adolescente, angst adulto, PG, fluff.

NOTAS: Esta historia la escribí principalmente por culpa de Dara XD, quien quería continuación en la que Scorpius terminara bien. Me sugirió la idea de la que parte esto: Harry encuentra a Scorpius en el armario. También la dedico a todas las que sufrieron con la otra. Lo siento, de verdad tenía que sacar esa historia de mi pecho xD. Saludos los quiere, L.

contigo si )
loredi: (Default)
Título: Contigo no
Autora: Loredi
Clasificación: R
Resumen:  Albus dijo "Lo siento, Scorpius, pero contigo no podría". 
Advertencias: Angst adolescente, non-con/dub-con, R, baja autoestima


Contigo no )
loredi: (Default)
UyN

Os traigo fluff. Cuando murió Mario Benedetti mi reacción fue hacer pucheros, soltar esnifeos y correr a buscar mis libros de poemas para abrazarlos. Después, me di cuenta que poco antes de su muerte yo me había reencontrado con este poema, que fue el primero que leí de él y dije: ¿por qué no? Usarlo aquí lo veo no como un homenaje y espero que no sea una ofensa, sino más bien como una forma de recordarlo muy personal. <3

Título: Ustedes y nosotros
Autora: Loredi
Categorías: Romance, fluff
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: R
Advertencias: Infidelidad. Primera persona (Harry y después Draco)
Canon: Más o menos con epílogo
Resumen: La diferencia entre lo que hacen "ustedes" y lo que hacemos "nosotros".
Notas: Escrito tras muchos pucheros por la muerte de Mario Benedetti. Señor, donde esté, sepa que su poesía nos sigue llegando ;_;. Las citas son parte del poema del mismo título, "Ustedes y nosotros", por este autor uruguayo que nos dejó u.u. Es el primer poema que leí de él y prácticamente lo memoricé, por eso es especial para mí =)
Longitud: +3,000 palabras


Ustedes cuando aman... )

____________________________________
Gracias por leer.
loredi: (slash)
Titulo: La verdadera
Autor: Loredi
Nombre de tu persona asignada: Perlita Negra
Rating: PG-13
Pairing(s): HxHr, DxHr, H/D, mención de R/Hr en el pasado.
Disclaimer: De JKR.
Resumen: Un hombre siempre tiene dos razones para hacer algo: la buena razón y la verdadera.
Adevertencias: het, slash, canon sin epílogo, muerte de un gnomo de jardín, elfo voyerista
Notas: Yep, Perla, princesa del slash, ha sido una pasada tener que escribir para ti. Pero también ha sido una patada. Me pongo de rodillas y pido perdón de antemano. Con mi último aliento digo: pero, pero... ¡lo intenté con todas mis fuerzas! ¿Acaso eso no cuenta? ¡Sé que me perdonarás por cualquier cosa que no te guste porque eres muy buena!

Agradezco MUCHO los ánimos y consejos de V (Vampisandi!), N (¡Nande!) y S (Susana!!); especialmente a S(usana!), a la que le debo la vida, por su gran ayuda, sin ella el fic no hubiera acabado, seguido o terminado. Y también agradezco a F(lor!!), porque me ayudó mucho al leer y estar aquí conmigo ^^. Ellas saben quiénes son ;)

Nota dos: Bueno, pues este fue mi amigo invisible de [livejournal.com profile] la_torre . La mitad de mi friend-list ya lo leyó de todas formas xD porque lo pasé como posesa por mail pidiendo consejos jajaja. Igual, disfruten los que no lo han leído. Perla dijo que estaba bueno y yo confío en su buen gusto (XD).

La verdadera )

Continúa en la segunda parte >>
loredi: (slash)

Estimada Sus: Tal vez te preguntes por qué carajo hice esto. La respuesta es: porque es tu cumpleaños. Detrás de eso hay razones adyacentes, como: porque hace mucho que no escribía PR0N y Hestia dijo que a mí se me daba bien xD. Todos sabemos que Hestia dice sólo la verdad y nada más que la verdad, amén (y que a mí si me alimentan el ego me da por escribir, jajaja).

 

Disculpa que mis personajes no hagan sexo con amor sobre una mandarina, pero es que por fin me di cuenta que por mucho que emule a la Shumajer o a las emuladoras de la Shumajer, jamás las voy a alcanzar, X).

 

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

 

...a la mejor beta en jefe, editora, animadora y etc., de Queremos_Drarry,  a una de ls primeras autoras que leí (la que me pervirtió con el trío Draco/Harry/Daniel *guiño*), a la que más canas verdes le ha sacado a Umbridge, a la que ya tiene casita en el último piso y a una persona que básicamente se pasa de genialosa, poética y divertida (y no es que esté haciendo  promo para los Drarry Awards). Un humilde regalo *sonrisota*.

 

 

Donde caben dos

para eratoirae o Selene2000 o Susana o Sacerdotisa del culto Shumajer, &etc.

 

Por Loredi

 
Advertencia: Sin betear (y yo con la dislexia amenazándome)

 

 

Oh dios mo, Loredi escribiendo NC-17, llamen a los diarios!  )
loredi: (slash)
Bueno, este fue mi regalo del amigo invisible (como ya todos deben saber ahora, pero no antes, jo jo). Me divertí eligiendo el título más largo que pude encontrar. Me divertí mucho torciendo el canon, me divertí más viendo cómo me achacaban historias de otras personas. No me divertí nada, nada, con la amiga que me tocó y nunca apareció para decirme si su regalo había estado bien, a pesar de que me rompí las ***** tratando de hacerle el fic lindo que pedía. Y sí, eso me enoja, pero espero más suerte el próximo año.

Mi amiga invisible acaba de aparecer y le gustó *suspiro de alivio*

Quisiera anotar un detalle... cuando terminé este fic tenía fiebre, no sé si recuerden. Andaba yo delirando por lo bajo tratando de terminarlo a destiempo y me sentía muy mal. Tenía tarea que hacer y una infección que no me dejaba. Así que el fic que está en la torre tiene un par de deslices que en mis siete sentidos no hubiera permitido, joer. Pero bueno, ahora mismo ya los corregí (creo). Igualmente, supongo que no es la obra maestra del Drarry... *suspira*

Feliz Lunes a todos XD


Para: Catherinne Black117
De parte de: Loredi

Titulo: Quisiera que fuera mío, porque es glorioso (el héroe que venció al Señor Tenebroso)
Pairing(s): Harry/Draco
Resumen: Todo se inicia en San Valentín, durante segundo año. ¿Recuerdan aquél poema que le llega a Harry? Bueno, hay algunas aclaraciones que hacer. Y luego…
Rating: R
Disclaimer: Todo, con excepción de mi imaginación, es propiedad de J.K. Rowling & cía. No obtengo beneficios (económicos) con esto.
Adevertencias: Fluff. Carencia casi total de conflicto. Lemon. Presencia de Ginny Weasley (¡temed!). No hay spoilers, naita, naita. Pasé de largo por los últimos libros.
Notas: Por mi honor y honra (XD) agradezco a [profile] nopamuk, sin cuyo auxilio yo no podría haber terminado este regalo. De hecho, ni siquiera lo podría haber empezado.
También es importante aclarar que la primera escena es una adaptación de la escena de San Valentín del libro Harry Potter y la Cámara Secreta en su versión española. Enfatizo: adaptación, porque casi todo serán mis palabras y alteraré algunas cuantas cosillas que ni se notarán, para los propósitos slasheros del fic.
¡FELICES FIESTAS, Catherinne Black! ¡Espero que más o menos te guste! (Y a todo el que lea, felices fiestas también :) )

Quisiera que fuera mo, porque es glorioso (el hroe que venci al Seor Tenebroso) )


(Y ese Snarry merece una revancha Drarryezca - pero esta no es, se los juro)
loredi: (slash)
¡Feliz día de reyes! El noveno regalo aquí.

Para el chico de las multicolores personalidades que está en su estapa de OMGHARRYANDWEASLEYS. Quedó más largo que todos los demás, jo jo (My fucking fuck, en realidad quedó larguísimo, pero quería aprovechar una oportunidad para jugar con una pareja diferente, ya saben). Espero que te guste *cruza los dedos*.

Él pidió un Charlie/Harry o Bill/Harry en plan de one-night-stand (sexo de una noche), con tensión previa y teasing (provocación). Hm, solo espero no haberme pasado de tensión previa (oh, cómo desearía poder haber hecho sólo algo 'tramacuáltrama?', pero esto salió en el camino). Yo defino este fic como un PWP con mucha trama xD, cof. Pero también me gusta llamarlo trama como pretexto para pwp.

Voy a decir esto seriamente: me gustó jugar con los Weasleys, pero si no recibo comentarios lo dejo de hacer XD.

Temed por un poco de OOC y 10,000 palabras.







(Ah, y ese Snarry merece una revancha Drarryezca)
loredi: (Default)
Mmmm.... la verdad hice trampa XD. Dije que haría fics de alrededor de 1000 palabras, pero si les soy sincera llegar a las mil palabras con este fic requería de más energía de la que mi ración de chocolates diarios proporcionaba (al leer verán por qué). Me tardé dos días en hacerlo, de hecho ^^', espero que haya valido la pena el esfuerzo y que te guste, Clau :)

Ella pidió un fic Harry/Draco y ASS, me dio varias opciones, la que tomé yo fue la parte de "Draco entra a dar clases en Hogwarts en el primer año de Scorpius". También pidió humor, y lo intenté, pero es que las palabras en sí ya me daban risa T_T. Y, bueno, el requisito fundamental del fic era este: "abuso del vocabulario. Las palabras más raras que podrías escoger para escribir un fic sin que se convierta en ilegible". De que abusé del vocabulario estoy segura, de que sea legible... háganmelo saber O_O.

(Por cierto, Clau, estaba intentando hacer la opción de PansyxNarcisa antes, pero se me fue por otro lado, si quieres ver por dónde iba dime adónde y te lo mando, en compensación por la 'cortura' de este regalo).

Vademcum neurlgico a la inteleccin del portento Potter/Malfoy, Drarry y ASS para full_xstacy )
loredi: (slash)
Esta es una traducción (no autorizada) de mi fic favorito en inglés. De verdad, es mi fic favorito. ¿Por qué? Porque es el único que me ha dejado un nudo en la garganta que se me quedó marcado por meses y meses. Fue escrito hace más de un año y su autora actualmente se encuentra fuera del fandom de Harry Potter. El fic original puede ser encontrado como Kiss Me With Fire.

Les advierto: Esto es angustia y no cualquier cosa.

Bésame con fuego

 

Ellos se conocen en cuerpo y alma, pero eso no cambia nada )
loredi: (slash)
Capítulo anterior

Capítulo 3
Otro tipo de compañías





Blaise esperaba en la sala de la mansión de la “Compañía”. Desde hacía varios minutos miraba con aburrimiento la puerta del despacho que no se abría y que estaba inoportunamente hechizada para que ningún sonido saliera por ella. El único ruido que llegaba a sus oídos era el molesto tic tac del enorme reloj de colección que un día Draco se había empecinado en llevar hasta la mansión.


Vio subir y bajar a las chicas, con las que no tenía una relación demasiado estrecha, e incluso dormitó por unos minutos antes de decidir que no esperaría más. Se levantó del sillón sin el menor cuidado y se encaminó hacia la puerta, resuelto a no esperar ni medio segundo más, totalmente indignado.


Al mismo tiempo que él quería salir, por la puerta entró un chico que conocía de años.


- ¿Qué hay Blaise? – le sonrió Terry.

- Nada, Boot – respondió con cierta apatía Blaise. No lo hizo intencionalmente, el enfado no debía ser dirigido a aquel Ravenclaw que ayudaba tan eficientemente en ‘La Compañía’, pero no pudo evitar su tono de voz.

- Lo siento, pero – inquirió Terry -, ¿te he hecho algo?


Se ganó un gesto exasperado de la mano de Blaise, que en Terry le provocó una suave risita, lo cual enfadó aún más al otro.

- ¿Qué es tan gracioso? – gruñó.

- La manera en que te enfadas, lo siento, pero me temo que eres muy gracioso.

- Si quieres gracias, ve a un partido de Quidditch, yo no estoy aquí para hacer gracia.


Terry rió aún más provocando que Blaise se acercara y le mostrara su puño, lo cuál, paradójicamente sólo le causó más hilaridad al otro.


En ese momento la puerta de entrada a la mansión se abrió de nuevo y la estilizada figura de un rubio entró por el salón como un huracán, pasando de largo a los dos chicos que discutían y llegando hasta la puerta que Blaise había estado esperando abriese.

- Abre – ordenó el rubio desde afuera, apretando ligeramente el pomo de la puerta.

No hubo ningún movimiento, mientras Blaise y Terry miraban atónitos como Draco le ordenaba a Ron que abriese, sin ninguna amenaza, pero confiando en que tenía todo el control.


- Apuesto a que si no abre en cinco segundos Draco echará abajo la puerta – susurró Terry.

- Apuesto veinte galeones a que serán diez segundos.

- Veinte galeones y una cena a que serán cinco – complementó Terry – y es mi máxima oferta…

Blaise asintió y comenzaron a contar… uno, dos, tres, cuatro, cinco. Draco tenía menos paciencia de la que Blaise esperaba, en cambio para Terry había sido fácil deducir que Draco no esperaría demasiado, tomando en cuenta con quién estaría Ron a esas horas…

- ¡Te dije que abrieras!


Forzó la cerradura de la puerta y empujó hasta que la abrió y se introdujo en la oficina.


La escena de dentro hizo que por un momento su cabeza y sus sentimientos se conectaran, como no había pasado en años. Sintió celos y desesperación, como no recordaba que se podía sentir y una chispa de luz se encendió en su mente antes de apagarse y olvidar nuevamente todo. Su cuerpo no mostró ninguna señal de aquel extraño sentimiento.


Harry estaba sentado en el escritorio con las piernas abiertas y Ron se encontraba en la silla, justo en medio de ellas, acariciando los muslos por arriba de la ropa y besando ávidamente la boca del chico, mientras las manos del moreno se encargaban de deshacerse de la camisa del ex pelirrojo, cuando fueron interrumpidos por un Draco bastante cabreado en el umbral de la puerta.


Blaise se acercó para ver qué era lo que había causado el enfado en Draco y miró la escena que había dentro de la oficina sin poder evitar que un destello de dolor apareciera en sus ojos. Él no era como Draco, a veces se le escapaban emociones.


Terry evitó la curiosidad y con un gesto de falsa resignación salió de la mansión, ya después resolvería los asuntos pendientes que tenía con el jefe, porque en ese momento lo veía bastante ocupado y por la cara que traían Draco y Blaise, allí iba a haber una conversación que duraría para un largo rato. Se marchó rápidamente. De todas formas, lo que había ido a evitar ya había pasado, así que no tenía nada que hacer ahí.


Al contrario de lo que Draco esperaba, su presencia no detuvo a Ron de lo que estaba haciendo y Harry parecía no haber reparado en la presencia de dos personas extras en la oficina del ‘jefe’.

Ron se levantó de la silla y extendió el cuerpo de Harry en el escritorio, dejando que su cabeza saliera ligeramente de él y cayera, con los ojos cerrados. Se posicionó entre sus piernas nuevamente, dejando caer su peso casi por completo sobre el del moreno, su mano izquierda bajó hasta la entrepierna y acariciando sugestivamente la liberó parcialmente del pantalón.


Su cuerpo subió cual serpiente por el cuerpo de Harry, hasta llegar a su cabello, el cual sufrió un fuerte jalón que lo obligó a abrir los ojos y observar, al fin, la presencia de Draco y Blaise, quienes miraban todavía desde la entrada de la oficina.

- Míralos bien – susurró Ron en su oído - ¿Te gustan? – por toda respuesta, obtuvo un fuerte gemido de Harry ocasionado por la fricción de los cuerpos –. Sé que te gustan – agregó –. A nosotros también.

Harry volvió a cerrar los ojos, cuando estos se nublaron totalmente a causa de la excitación, momento que Ron aprovechó para apoderarse bruscamente de los labios. En una imagen por demás perturbadora para los chicos que observaban. Sus ojos, azules y brillantes de lujuria, no se despegaban de ellos.


La lengua de Ron salió de su boca para recorrer los labios de Harry y después toda la extensión de su pecho, mientras sus manos retiraban la camiseta lentamente, siempre con la vista fija en Draco y Blaise, y en cualquier movimiento que estos realizaran.


La furia llegó al ego de Draco cuando se sintió retado por esa mirada azul. Aprovechando un gemido que el ex pelirrojo soltó cuando Harry se arqueó bajo él, acercó a un desconcertado Blaise hacia sí, en un único y rápido movimiento.


Para cuando Ron los volvió a observar, lo dejó atónito el obsceno beso que Draco estaba regalándole a Blaise, quien se estaba dejando llevar sin más. La lengua del rubio salía y lamía los labios del chico hasta que se cansaba y buscaba asilo en su boca. Las manos, ni remotamente ociosas, lo sujetaban por la cintura, buscando filtrarse por debajo de la ropa, hasta que lo lograron y acariciaron la espalda, llegando hasta la parte más baja de ella.


Los ojos de Ron se disfrazaron con indiferencia mientras su cuerpo bajaba lentamente por el de Harry hasta encontrarse bajando los pantalones y tomando fuertemente la erección en su boca, succionando sin el menor cuidado, sus ojos clavados en la cabellera castaña de Blaise.


Todo habría durado más, de no ser porque Draco empujó a Blaise con la pared y el beso que había empezado con pasión y mera lujuria dejó de ser algo meramente sexual para convertirse en un beso compartido, en el que ambas bocas se buscaban con necesidad y dos pares de manos se sujetaron con fuerza, golpeando la pared de la oficina en medio del ardor.

Los ojos entrecerrados de Blaise se encontraron con los de un Ron más que enfadado. Éste se separó de Harry, pero no le permitió quejarse. Lo dejó en el escritorio y con pasos estrictamente lentos llegó hasta Draco, tomándolo de la cintura y separándolo de Blaise, dejando éste último con los brazos vacíos y totalmente desaliñado, pegado a la pared.


- Déjalo – gruñó Ron en voz baja, mientras dirigía a un Draco con la respiración totalmente agitada hacia el escritorio.

Harry se había dado vuelta y recargándose en su codo, observaba la escena con una sonrisa extraña. Sin acomodarse la ropa, dio vuelta y se sentó en la orilla del escritorio, observando atentamente lo que ocurría. Se sorprendió al notar que Ron manoseaba descaradamente a Draco para luego tomarlo por la cintura y hacerlo caminar, hasta que el rubio quedó justo enfrente de Harry. Ron colocó las blancas manos de Draco justo a cada costado del moreno.


Como era costumbre en Ron, fijó sus ojos en las pupilas esmeraldas de Harry, mientras murmuraba al oído de Draco cosas que si bien nadie más que el rubio escuchaba, hacían que Harry se sintiera cada vez más excitado y expectante.


No pasaron dos segundos desde que Ron se alejó de la pareja antes que Draco se lanzara literalmente sobre Harry y terminara de bajarle los pantalones, para después bajar los suyos apresuradamente y tirarlo sobre el escritorio a base de besos rápidos. Las cosas se apresuraron hasta el punto en que a Harry no le importó sentir la punta del miembro de Draco en su entrada, abriendo camino sin ninguna atención.


Ron gimió mientras Draco embestía duro y profundo contra el trasero de Harry, quien no podía hacer más que aferrarse con las piernas a su cintura y apretar, mientras clavaba las uñas en los hombros del rubio y casi olvidaba respirar. Su boca se abría en busca del aire que ya no estaba llegando a los pulmones.

Blaise miraba la escena en silencio. Muchas veces había presenciado escenas como esa y no le había parecido extraño cuando Ron le había pedido a Draco que tomase a Harry en su presencia. Aunque, si había algo allí que no encajaba en el contexto era que el mismo Ron también le hubiese pedido a él que se quedase. Sentía que sobraba. Estaba sumergido en sus pensamientos cuando notó que una mano vagaba de su pecho a su cadera sigilosamente, para posarse en ella y juguetear con los pantalones que llevaba puestos aquel día.

- ¿R-ron...? – preguntó inseguro de la reacción que debía tener.

- Te quiero en el piso, desnudo y abierto para mí en tres segundos… - susurró contra su oído, estremeciéndolo, mientras de fondo escuchaba los jadeos cada vez más apresurados de Draco y Harry, quienes no habían parado con lo suyo.


Blaise se dejó hacer, en cuatro patas sobre el piso. Apenas sintió cuando su ropa fue retirada casi por completo y sus glúteos fueron separados por dos firmes manos que le abrieron paso a Ron entre ellos.

Harry y Draco habían terminado lo suyo sobre el escritorio y observaban a la otra pareja, que estaba totalmente absorta en sus asuntos, aunque Draco mantenía el entrecejo fruncido.

Ron estaba siendo demasiado brusco y en el rostro de Blaise se notaba que, aunque lo estaba disfrutando, también le estaba doliendo más de lo que debería (todavía no hacía demasiado de la vez en que Harry y Draco le habían tomado juntos). Ron jalaba su cabello de vez en cuando o lo tomaba con fuerza por los hombros, dejando marcas rojas que más tarde se convertirían en moretones, al igual que las mordidas que estaba prodigando por su espalda.


Con una sonrisa cómplice entre él y Draco, Harry se levantó, semidesnudo y llegó hasta Blaise, arrodillándose frente a él y comenzando un suave beso, acariciando sus cabellos en un gesto tranquilizador, obligando a que Ron dejase de maltratarlo y bajase sus manos hasta las caderas, donde las mantuvo hasta que terminó. Pero el ex pelirrojo no se alejó, se quedó dentro de Blaise, regulando su respiración.


El castaño terminó segundos después, con cierta ayuda de la mano complaciente de Harry.


* * * * *


No había pasado ni media hora desde la pequeña orgía que se habían montado, pero el ambiente en la oficina ya era totalmente diferente. Tenso, irrespirable.


Draco y Ron discutían airadamente dentro de la oficina, como siempre. Draco siempre había sido el más rebelde desde que todo aquello había empezado y Ron le tenía que recordar constantemente su papel en la organización para volverlo a meter al redil. Pero cada día era más difícil controlar el temperamento de Draco y más aún cuando se le tocaba el orgullo de aquella manera en que Ron lo hacía una y otra vez.


Los gritos de su discusión llegaban a oídos de todos los habitantes de la casa, porque en medio de la euforia habían olvidado colocar el hechizo silenciador.


Luna intentaba ignorar los gritos desde la cocina, donde se preparaba algo para comer. Por otra parte, Ginny y Pansy escuchaban desde el segundo piso con absoluta molestia en sus rostros, hasta que, fastidiadas, se decidieron a salir de aquella casa de locos.


Harry y Blaise por su parte, esperaban en la sala, pero no hacían lo que se pudiera llamar “perder el tiempo”. El moreno tomaba a Blaise por la cintura y éste había pasado sus brazos alrededor del cuello del chico, se besaban pausadamente, mirándose uno al otro con los ojos entreabiertos. Ocasionalmente Harry acariciaba la espalda, o revolvía con cariño el cabello castaño del chico.


- ¡No voy a discutir esto un segundo más! – gritó al fin Draco, saliendo de la oficina –. Lo haré, y no necesito tu permiso.

- ¡No, no lo harás! ¡No necesitamos más dinero por ahora y tú harás lo que se te ordene y no lo que tus impulsos infantiles quieran!

- Cállate – amenazó Draco con una voz peligrosa. Volteó hacia el sillón, donde Harry y Blaise se habían dejado de besar, pero no se separaban aún.


De ser cualquier otra persona Draco hubiera estallado contra ellos, pero él mejor que nadie entendía la extraña y desequilibrada relación que mantenían esos dos. Volvió su vista hacia Ron y lo miró con furia.


- Haré lo que me dé la gana, no me gusta seguir órdenes de nadie – siseó.


Ron salió completamente de la oficina y miró por unos segundos a los chicos en el sillón, pero se concentró nuevamente en Draco.


- No lo harás – amenazó – tú no sabes a lo que te enfrentas, no puedes desobedecer…


Blaise miró alarmado a Harry y se soltó de su abrazo, levantándose inmediatamente.


- ¿Draco? – preguntó Blaise, sin entender lo que ocurría.

- ¡Quiero hacer algo entretenido! ¡Me habéis tenido vigilado todos estos días! – estalló el rubio – No entiendo porqué tantos cuidados, ya antes me habían estado investigando y pensé que habíamos quedado en que jamás encontrarían pruebas. Odio estar aquí, atrapado, asfixiándome…


Los ojos de Ron brillaron con ira, aquella que todos temían, porque pocas veces dejaba escapar. Curiosamente, todas las veces, a causa de Draco.


- No puedes hacer nada por ahora – explicó Ron, con la calma que presagiaba la tormenta –, ya te dije que nuestros contactos en el Ministerio nos previnieron: te están siguiendo la pista y no queremos que lleguen hasta el fondo de todo esto ¿verdad?


Draco bufó.


- Yo puedo ayudar – susurró Blaise, pero los otros lo ignoraron, intercambiando miradas llenas de furia –. Yo puedo ayudar – repitió en voz más alta.

- ¿En qué? – preguntó secamente Ron, sin dejar de mirar a Draco.

- Puedo hacer que dejen de investigar a Draco en el Ministerio.

- No te metas en esto – gruñó Ron con demasiada violencia.

- ¡Pero puedo hacerlo! – gritó, esta vez con la firme intención de no ser ignorado o violentado otra vez - ¡Se supone que para eso estoy! ¡Se supone que para eso dejo que Oliver haga lo que se le de la gana conmigo!


Hubo silencio. Esta vez sí que se había ganado la atención de todos, incluyendo la de Luna, quien miraba tímidamente desde la cocina.


- Bien – Ron se cruzó de brazos.

- Bien – la voz de Blaise sonó quebrada, como si estuviera haciendo un gran esfuerzo por no llorar.


Draco miró a Blaise impresionado e hizo el amago de abrazarlo, pero Harry le hizo una seña para detenerlo.


Por un momento, parecía que la escena se había congelado y que nada ocurriría, pero luego de unos segundos, Ron caminó hacia Blaise y lo tomó por el brazo con violencia, encaminándolo hacia la oficina, donde cerró la puerta con fuerza. El último sonido que se escuchó fue la voz de Ron silenciando la habitación.


Afuera, Harry y Draco se miraron mutuamente, obviamente alarmados.


* * * * *



Habían pasado casi dos semanas desde aquella discusión. Blaise se sentó con cuidado en la silla de aquel restaurante y con una sonrisa fijó la mirada en su acompañante, quien besó su mano en un gesto de ternura.


- ¿Quieres ordenar ahora o prefieres que hablemos antes?

- No, estará bien ordenar – pidió Blaise y el menú apareció enfrente, de donde seleccionó rápidamente lo que deseaba.

- Te envié varias lechuzas estos días, ¿por qué no las respondiste?

- Estaba… ocupado, problemas con la administración, nada de qué preocuparse, simplemente no tuve el tiempo, lo lamento.

- No hay problema entonces.


Oliver se levantó y le regaló a Blaise un profundo y delicado beso, para luego colocar su mano en el brazo del chico. Grave error. Su pareja no pudo reprimir un quejido, que intentó disimular con una tos, pero era tarde, Oliver ya había notado que algo extraño ocurría.


- ¿Qué pasa?

- No es nada.

- No, aquí ocurre algo muy extraño…

- Oliver, no es…


Pero antes de que pudiera reclamar algo más, la discreta túnica con la que había intentado ocultar lo que había debajo fue rápidamente levantada por Oliver, quien se quedó helado al descubrir lo que Blaise había intentado disimular.


- ¿Quién te hizo esto?

- Fue un accidente – respondió sin convicción y con cierto miedo.

- No, no lo fue, los moretones así no se hacen “por accidente”, Blaise ¿Quién te hizo esto? ¿Qué te pasó? ¿Era por esto que no respondías mis lechuzas? – recriminó, levantando el brazo de Blaise y lastimándolo aún más.

- No…no… - intentó intervenir, pero era demasiado tarde, ahora Oliver sospecharía de lo que ocurría y todo se echaría a perder si no hacía algo rápido - Escucha, Oliver…

- No, no escucharé nada, y así tenga que interrogarte con veritaserum me dirás de una vez por todas por qué tanto misterio y qué hay detrás de todo esto.


La mirada de pánico de Blaise fue suficiente para que Oliver reafirmara su convicción de hacerle hablar sobre todo lo que le ocultaba. Sabía que era ilegal usar veritaserum con fines tan personales y mezquinos, pero… al diablo con todo. Él era el Ministro.


Durante todo el desayuno Blaise estuvo inquieto y cuando llamaron a Oliver por una emergencia encontró la oportunidad para huir inmediatamente y lo más rápido posible, tenía que evitar de cualquier manera que Oliver indagara más allá de lo que le convenía.


* * * * *



La consigna de Harry lo había llevado a secuestrar – literalmente- a Draco. Ron le había encargado mantenerlo lejos de cualquier plan que pudiera pensar por cuenta propia. Lo había logrado retener en su apartamento por lo menos un par de días. Sin embargo, a esas horas, el rubio caminaba como gato enjaulado por la casa. Estando en la cocina, Harry miraba los paseos del rubio, hasta que al fin, cansado, lo detuvo y lo atrajo. Draco quedó sentado sobre sus piernas, aprovechando para acomodarse mejor e interrogarlo.


- ¿Qué tienes ahora?

- Nada en absoluto – replicó Harry amoldando su cuerpo al del rubio.

- Ya sé, ¿Ron te ordenó que me distrajeras para evitar que me fuera de nuevo? – río Draco.

- Sí, de hecho – murmuró Harry besando y mordiendo su cuello.

- Entonces, me temo que tendrás que hacer un gran, gran esfuerzo…

- Haré lo mejor que pueda… - por un momento el rostro de Harry se levantó hacia él y pudo ver en su mirada, llena de picardía, el brillo que sólo había visto cuando Harry se estaba “divirtiendo sanamente” (como llamaba el moreno a las filmaciones en las que “desquitaba frustraciones”).


Draco gimió con anticipación, ondulando las caderas hacia Harry, pero de pronto todo paró.


- ¿Qué?

- Que haré mi mejor esfuerzo… voy a divertirme contigo – Draco ladeo la cabeza, de algún modo esa afirmación le gustaba y de otro no – recordando viejos tiempos… ¿Te gustaría recordarme cómo es que me enseñaste a joder frente a una cámara?


El rubio soltó una risita, mirándolo con una picardía comparable a la de él.


- Adivina – alzó una ceja desafiante. Eso fue suficiente para que Harry se levantara, llevándose al rubio con él y lo tendiera en la mesa. Extendió las pálidas manos, colocándolas por arriba de la cabeza y las apretó con fuerza para impedir cualquier posible escape.

- Tomaré eso como un sí – mordió un pezón por arriba de la ropa y Draco volvió a ondular las caderas con ansiedad –. Y te diré algo más. Preocúpate y mucho, porque quiero grabarte mientras estoy en ti y quiero que grites para mí como una puta y que te muevas como sabes hacerlo. Tu cuerpo es mío.

- ¡Sí! – gritó sin poder evitarlo. Sus manos estaban dolorosamente apresadas y su cuerpo deliciosamente debajo del de Harry reaccionaba ante sus palabras a gran velocidad, soltando adrenalina. Siguió ondulando su cuerpo, provocando a Harry, incitándole a hacer lo que quisiera con él. Si quería que gritara, gritaría. Si quería que se moviera y se comportara como la puta que era, también lo haría. Y lo disfrutaría.

- Quiero tener sexo contigo en cada lugar de este departamento – susurró a su oído –, en todas las formas posibles.


No se quejó cuando Harry se separó de él y colocó la cámara a un lado de la mesa. “Bendita magia”, pensó, cuando la cámara comenzó a flotar alrededor de ellos, lista para obtener la toma que ni el más profesional camarógrafo lograría.


Draco se preparó. Comenzó a desabrocharse los pantalones y los bajó hasta sus muslos, para después abrir las piernas, dejándoles a Harry y a la cámara una excelente vista de su miembro ligeramente hinchado y apretado aún por la ropa interior.


- Entonces… juguemos – río Harry, por un segundo, antes de que en su rostro sólo se pudiera observar la lujuria.


Harry se subió a la mesa, o más bien, se subió al cuerpo de Draco y se pegó a él, ondulándose y dedicándose a excitarlo. Lo acarició por encima de la ropa, lo mordió, lo besó y jugó con su cabello hasta que obtuvo lo que buscaba. Draco se había excitado y ahora era su turno de disfrutar.


Sentado sobre las caderas del rubio, fue quitándose la ropa, moviéndose a propósito sobre el miembro de Draco. Se acarició y se frotó. Cerró los ojos y se inclinó hacia atrás, recordando que hacía mucho tiempo no se encontraba así, a solas, con Draco.


Draco reaccionó abriendo los ojos con duda cuando Harry se levantó y lo jaló con fuerza. Llevándolo hacia la esquina de la habitación en la que se encontraba la nevera, la espalda del rubio quedó sobre la fría puerta de ésta, mientras Harry aprovechaba la posición para sacarle la ropa.


La cámara giraba a su alrededor, soltando un ligero ruidito que a Harry le recordaba constantemente todo lo que quería hacer con el rubio y de lo cual no se perdería absolutamente nada. Draco, por su parte, estaba sorprendido de la tranquilidad y hasta amabilidad con la que estaba siendo tratado, pero sus pensamientos se disiparon cuando sus piernas fueron levantadas y colocadas a los lados de la cintura de Harry.


Al principio había sido incómodo, Harry guió su miembro hasta el ano de Draco y lo insertó ahí después de batallar unos segundos contra la estrechez. Los parpados del rubio se apretaron con dolor. Recargó su espalda completamente en la puerta de la nevera y aferró sus manos a los hombros de Harry.


Entre embestida y embestida, sin darse cuenta, cayeron hasta el piso, quedando Harry recostado sobre Draco, quien ahora ya no tenía las piernas en su cintura, sino abiertas y ofreciéndole lo que con gusto tomaba.


Todo paró. Draco soltó un bufido y se acomodó en el piso. A nadie, más que a Harry se le podría ocurrir parar todo y dejarlo totalmente caliente ahí, tirado en el piso.


Pero el moreno gustaba de hacerlo llegar a los límites. Abrió la puerta de la nevera y buscó algunas cosas que pudieran ser útiles. Luego miró a Draco, quien a su vez lo miraba desde el piso, y algunas ideas bastante creativas llegaron a su mente. Llamo a Draco, abriendo sus brazos para él y, curioso, el rubio se acercó. Harry lo abrazó contra sí y luego fue bajando lentamente al piso entre besos, hasta que dejó a Draco recostado en una orilla de la nevera. La puerta abierta dejaba escapar el frío, repartiéndolo entre los dos cuerpos sudorosos.


- ¿Qué diablos haces? – jadeó Draco al sentir al pene de Harry penetrándolo de nuevo – estás… - gimió – desquiciado.

- Cuando te dije… -respondió Harry, con una voz terriblemente tranquila – que te iba a joder en cada lugar de este departamento... hablaba en serio.


Harry tomó lo que había sacado de la nevera: una botella de “inofensivo” vino… Le dio a beber a Draco de ella y luego bebió un poco. Para aquel momento Draco ya estaba perdido entre las sensaciones, una de sus manos descansaba en el muslo de Harry, su espalda subía y bajaba el espacio entre el piso y el cuerpo de Harry, quien en cuclillas le penetraba con fuerza. La otra mano del rubio se dirigió a su propio miembro y comenzó a acariciarlo tentativamente.


- Creí… - susurró Harry, esforzándose por eliminar la excitación de su voz – que te había pedido que gritaras. ¡Grita!


Draco no pudo evitar un grito cuando el frío vino cayó de la botella hacia su miembro. Harry salió de él y el resto del líquido se derramó en su entrada, abierta a conciencia por los dedos de Harry, haciéndolo gemir y gritar por las sensaciones. No pudo evitar que su mano vagara de su pene hasta su ano, sintiendo el líquido por su cuerpo. Cuando ya no hubo vino en la botella, Harry se acomodó, separado de Draco y lo miró atentamente.


- Quiero que grites… y mucho, no sólo esos gemidos – se quejó.


Antes de que pudiera responder a eso, sintió algo extremadamente frío abriéndose paso entre sus entrañas.


- ¡Harry! – esta vez si gritó, su cuerpo se movió con violencia sobre el piso, primero en señal de rechazo y luego en aceptación del extraño placer y morbo que aquello le causaba.


La botella del vino había entrado en su cuerpo y se movía lentamente por acción de la mano de Harry.


La mano de Draco intentó aferrarse a lo más cercano que encontrara y resultó ser que se topó con uno de los compartimientos de la nevera, que se vino abajo con su intromisión. Varias frutas cayeron, Harry las miró, pensando qué podría aprovechar de ellas.


Harry se apoderó nuevamente de su cuerpo, embistiendo lentamente, simplemente un subir y bajar de caderas, mientras se dedicaba a exprimir el dulce jugo de naranja sobre el pecho de Draco, de donde lo sorbió exagerando las lamidas y chupadas en los pezones rosados de éste, hasta que la zona quedó absolutamente roja.


Luego tomó una banana, le quitó la cáscara y la metió por la boca de Draco, pero antes de que éste intentara morderla, la sacó y la volvió a meter sugestivamente. Inconcientemente, las caderas de Draco subían y bajaban buscando un ritmo más rápido. Toda aquella parafernalia de las frutas estaba llevándolo a su límite.


La siguiente fruta que la temblorosa mano de Harry tomó fue un pequeño racimo de uvas, que fueron a parar a la boca de Draco, para ser compartidas después en candentes y absolutamente obscenos besos con Harry. Sus lenguas jugaron un rato todavía después de que las uvas se terminaron, buscando los restos del dulce sabor.


Las manos de Draco buscaron a tientas lo que fuera que hubiera caído de la nevera y agarraron algunas pequeñas frutillas, cuya forma ni siquiera vio, lo que le interesaba era colocarlas en el lugar justo, antes de que el calor que sentía en el vientre lo sobrepasara y lo llevara al abismo.


Dejó las frutas cerca de su miembro, onduló las caderas y miró sugestivamente a Harry. Si bien se había prestado a ese juego y había dejado que el moreno tomara absoluto control, también tenía que pensar en su propio placer…


Harry comprendió la indirecta y salió de él. Con una sonrisa, siempre mirándolo a los ojos, bajó su cabeza lentamente y mordisqueó una a una las frutillas. Fresas… que fueron retiradas hasta dejar libre el espacio. Su cabello, ligeramente largo, hacia cosquillas y al mismo tiempo estimulaba el pene de Draco. Entonces fue que su boca tomó el miembro de Draco y lo lamió, besó y mordió suavemente, con sus labios pegajosos. Al final que se decidió a meterlo en su boca, en donde lo mantuvo, jugueteando un largo rato, hasta que fue evidente que Draco iba a terminar.


Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había hecho aquello ese día, pero Harry volvió a llevar su miembro y entró en Draco. Sólo hubo una acometida. Las manos de Harry apresaron las de Draco y sus testículos chocaron contra el trasero de éste.


- Grita – ordenó Harry.


Y Draco gritó su nombre, y después simplemente gritó, eyaculando sobre su vientre. Esto terminó por volver loco a Harry, aunque siguió el vaivén por unos segundos más, hasta que se vino.


Estuvieron quietos, tirados en el piso, disfrutando el refrescante frío de la nevera, chocando contra sus pieles sudorosas e ignorando el desorden que había en todo el piso de la cocina. Y hubiesen continuado así simplemente pegados el uno al otro, pero la alarma de “puerta abierta” con que contaba la nevera comenzó a sonar estridentemente, causando que ambos pusieran un gesto de fastidio.


Harry fue el primero en levantarse y cerrar la puerta para después desactivar la cámara, que todo el tiempo había dado vueltas alrededor de ellos. Sacó la cinta de ella y se la mostró a Draco.


- ¿Cuánto crees que pagarían por esto?

- Un millón de galeones, el que menos – respondió él.


El rubio se levantó del piso y tomó la mano de Harry. Ambos se dirigieron a la ducha para quitar de su cuerpo las huellas de aquel extraño encuentro.


* * * * *




Le había dado muchas vueltas al asunto y realmente no sabía que hacer. No quería que Oliver lo investigara, pero su debilidad no le permitía ponerlo bajo control de nuevo. Ese era el problema que tenía siempre, su debilidad. Pensó por un momento en contarle todo a Ron y que éste buscara una solución, pero de nuevo su debilidad y cierto miedo que se ocultaba en él le impidieron hacerlo. Entonces, acudió a la única opción que le quedaba.


Harry abrió la puerta justo cuando Blaise estaba apunto de rendirse y retirarse. Los sorprendidos ojos verdes lo enfocaron y un Harry con la ropa desaliñada lo recibió y le permitió el paso.


Blaise pasó rápidamente la mirada por aquel apartamento que había sido mudo testigo de muchos encuentros entre Harry y él, con Draco como invitado algunas veces.


- ¿Qué ocurre? – Harry fue al punto, sin rodeos.

- Creo… que tengo problemas, Oliver está tratando de investigarme y… Ron… yo, no entiendo…


Blaise se derrumbó en aquel momento, como solía hacerlo con Harry, a quien se aferró fuertemente en un abrazo. Harry siempre era su sostén, siempre le daba el cariño y la ternura sincera que necesitaba y, de no ser porque sus sentimientos ya estaban enfocados a otro, seguramente le amaría desesperadamente.


Harry lo besó, tomándolo por la cintura en un abrazo posesivo pero cariñoso, jugando con su cabello castaño, que se deslizaba por sus dedos con suavidad.


- Tranquilo, ¿de acuerdo? – Blaise asintió sin mucha convicción – Sé que lo que pasa es extraño, pero lo conozco, y sé que en medio de todo esto él siente algo diferente por ti, como…

- Como Draco contigo – sonrió Blaise con amargura.

- Ni Draco ni yo sentimos nada uno por el otro – medio chilló con enfado Harry –. Yo estaba pensando en Herm y Luna, ellas en verdad se quieren y…

- Entiendo – sonrió Blaise apartando la vista –. Pero no sé qué hacer…

- Hablaré con Ron, ¿está bien? – Blaise asintió sin fuerza – Bien… y tú puedes quedarte aquí, tranquilizarte, no puedes andar por ahí con esa cara…

-Lo sé – Blaise se limpió las lágrimas que habían salido de sus ojos y recuperó su pose –. Ya estoy mejor.

- Bien, pues pasa… yo me vestiré y enseguida voy con Ron, pero no hagas mucho ruido ¿quieres? Draco está dormido… ah… y cuidado en la cocina, está algo… resbalosa.

Blaise dirigió una mirada sospechosa a Harry, pero no dijo nada.


* * * * *



- Jefe – saludó Terry a Ron.

- Terry – saludó éste secamente –. Infórmame.

- Entró al departamento de Harry hace unos minutos, esta mañana estuvo discutiendo con Oliver, parece que lo afectó un poco…

- Con Harry de nuevo, dices… - divagó Ron, con la mirada perdida.

- Sí, bueno… parece que fue a buscar su ayuda, se veía mal…

- Correcto – interrumpió Ron –. Continúa siguiéndolo, pero no descuides a Draco.

- Señor – asintió Terry.

- Aunque, pensándolo mejor… - sonrió Ron con misterio – Deja a Draco para Harry. Encárgate de Blaise, síguelo como si fueras su sombra – ordenó.


Terry asintió. Antes de salir de la oficina no pudo dejar de sentir el mismo temblor que siempre lo invadía al estar en presencia de Ron.


* * * * *




No pasó mucho tiempo antes de que Harry estuviera llamando a la puerta de la oficina de Ron. Éste lo recibió con una amabilidad que no era precisamente lo que sentía en ese momento. Hablaron un rato, tiempo en el que Ron se mantuvo tranquilo, hasta que Harry sacó a traslucir el tema de Blaise y Oliver.


- Ese – dijo Ron – es un problema que Blaise tendrá que resolver.


Se levantó y dejó un beso en los labios de Harry, con un sabor amargo.


- Te recomiendo – prosiguió – que no te metas en esto. A menos que quieras regresar a los problemas con el mundo mágico…

- ¡Tú tienes que ayudarle! – reclamó Harry, a pesar de la amenaza implícita en las palabras de Ron.

- ¿Tengo que? – Sonrió Ron con ironía – Tal vez tengas razón… tal vez Oliver ya no nos sirva tampoco… - fingió reflexionarlo –. Ahora que lo pienso, tal vez debamos deshacernos de ese problema también…


Harry se quedó helado en su asiento. Por muchos problemas que tuviera con el mundo mágico, Oliver seguía estando en sus recuerdos como aquel chico de la escuela que no merecía la muerte.


Ron le miró a los ojos fijamente. Esos ojos azul brillante ahora parecían destellar por momentos en el color rojizo que su cabello había perdido. Harry ya no replicó absolutamente nada.


* * * * *



Justo después de despedir a Harry, Ron viró la vista hacia el techo de la oficina.


“¿Crees que todo esto está bien?”

“No es conveniente que Harry esté enfadado, se saldrá de control.”

“Y si él lo hace, Draco también dará problemas…”

“Y Blaise con él…”

“Ten cuidado con Blaise, estás tomándole demasiado cariño”

“No es cierto”

“Mientes”

“Cállate”.


* * * * *

* * * * *




Blaise estaba hecho un ovillo sobre la alfombra de su departamento. Había decidido que no podía pasarse toda la vida en el de Harry, mucho menos con Draco allí y merecía más atención por parte del moreno. Estaba pensando, pensaba en cómo solucionar sus problemas sin tener que recurrir a la gente… a veces se sentía tan débil, tan pequeño…


Sintió unos brazos apoderándose de su cintura y observó como unos cabellos antinaturalmente negros cayeron por sus hombros cuando una barbilla bastante familiar se recargó en su hombro. Hubo un suspiro.


- A veces no te entiendo.

- Tampoco yo lo hago – respondió Ron a su oído –. Ni a mí, ni a ti.

- Esto es muy extraño…

- Como todo lo que nos ocurre a nosotros – replicó Ron.

- Es cierto…


Poco a poco, Ron fue recostando a Blaise sobre la alfombra, regalándole besos esporádicamente.


- Pensé que tú…

- No pienses en nada… - pidió Ron, y lo silenció con un beso demandante.


Cerró los ojos, recordando lo que había ocurrido unos días atrás, cuando él le había reclamado a Ron por no tomarlo en cuenta…


Por un momento, parecía que la escena se había congelado y que nada ocurriría. Pero luego de unos segundos Ron caminó hacia Blaise y lo tomó por el brazo con violencia, encaminándolo hacia la oficina, donde cerró la puerta con fuerza. El último sonido que se escuchó fue la voz de Ron silenciando la habitación.


No quería recordar lo que había pasado, pero era inevitable para él comparar los besos dulces y reparadores que estaba recibiendo en ese momento con lo que había sufrido aquella tarde.


-No quiero que te vuelvas a dirigir a mí en ese tono – rugió Ron, apenas hubieron entrado.

- Yo…- intentó defenderse Blaise.

- No me retes, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer si alguno de ustedes me desobedece.

- ¡No te estoy desobedeciendo! ¡Es Draco quien siempre lo hace! Y tú… tú… - los celos salieron a flote, pero fueron interrumpidos por una sonora bofetada que mandó a Blaise al piso, dejándole una fiera marca.


Hubo silencio. Los ojos de Blaise se humedecieron, combinando de la ira y el dolor.


Ron se quedó quieto y simplemente se abrazó al cuerpo de Blaise. Ambos se quedaron en el piso, respirando quedamente, sumidos en sus mundos.


- No me vuelvas a golpear – intentó ordenar, pero su voz sonó más bien a súplica.

- Tú no entiendes todo lo que…

- ¿Qué? ¿Qué no entiendo? ¿Por qué, joder, no me explicas si yo nunca entiendo nada? – gritó fuera de sí.

- Cállate – lo levantó bruscamente por los brazos, apretándolo con demasiada fuerza, haciéndolo sollozar de dolor.

- No te entiendo – susurró, reteniendo el llanto –, definitivamente no te entiendo. ¿Qué diablos quieres de mí?


Ron soltó a Blaise, empujándolo con fuerza. Blaise trastabilló, pero logró mantenerse en pie.


- Sal de aquí – fue la orden y la puerta se abrió.


Blaise dividió su mirada entre la puerta y Ron. Miraba a la puerta con rabia y a Ron con decepción. Nunca lo entendería…


Los movimientos resurgieron, Ron quitó la ropa lentamente del cuerpo de su amante. Blaise sintió cada toque, cada roce, de manera diferente a lo que nunca había sentido. Por un momento quiso tener la ilusión de que Ron no estaba teniendo sexo con él, sino que le estaba haciendo el amor. Se acurrucaron, cuerpo contra cuerpo y se abrazaron.


Esa noche Blaise probó aquel sabor extraño y agridulce que algunas personas llamaban amor…


* * * * *



- Ya no encuentras en qué entretenerme, nunca habías pasado tanto tiempo conmigo.

- Tienes razón… a medias – le susurró Harry besando su espalda desnuda –. Nunca había pasado tanto tiempo contigo, pero siempre encuentro formas nuevas de entretenerme… mmm… entretenerte.


Draco se apoyo en un codo y miró atentamente a Harry. No replicó absolutamente nada porque era cierto que Harry siempre encontraba en qué entretenerse, regularmente juntos, y no podía quejarse de que esa especie de encierro al que lo mantenían sometido en la ‘Compañía’ no le estuviese gustando.


Harry, por su parte, ignoró la atenta mirada de Draco y lo empujó suavemente para que se volviera a recostar boca abajo, con el cuerpo totalmente extendido y a disposición de sus manos. Tomó de un bote una sustancia de consistencia espesa y después de frotar sus manos comenzó a esparcirla por la espalda de Draco, acariciando por aquí y por allá.


- ¿Te gusta?

- Mmm… - fue la única respuesta de Draco.

- Me lo imaginaba, pero hay algo que podría gustarte más…


Quitó la sábana negra que cubría apenas el trasero y las piernas de Draco y bajó sus manos, sin dejar de acariciar pero sin ir más allá de su espalda baja. Draco elevó su trasero, provocándolo.


Y Harry decidió rendirse, bajando sus caricias hasta las nalgas, por arriba de la ropa. El rubio se removió un poco sobre la cama.


Harry bajó el elástico de la ropa interior de Draco, lo necesario para dejarlo cubriendo sólo la mitad de lo que debía cubrir y comenzó a meter sus manos por él, acariciando aquella firme y apetecible parte que tanto le gustaba del rubio. Pronto se olvidó del masaje y se concentró en meter mano más profundamente en aquella zona, ahora no sólo acariciando, sino toqueteando y a veces apretando entre sus manos.


Separando las piernas y soltando gemiditos casi imperceptibles, Draco le daba a entender que iba por muy buen camino, aunque el único camino en el que Harry podía pensar en aquel momento era en el que había en medio de esas dos preciosas y apretadas joyitas.


El rubio se fue volteando, Harry se separó un poco para observarlo. La blanca mano se dirigió a acariciar su miembro por arriba de la ropa, sin ganas, auto complaciéndose ligeramente.


El sonido del timbre los interrumpió.


- Espera – pidió Harry para levantarse y colocarse, a medias, una camisa.

- No voy a ir a ninguna parte – suspiró con pereza el rubio, sin parar sus caricias.


Harry abrió la puerta con descuido, para percatarse inmediatamente que no debía haberlo hecho. Frente a él se encontraba su ‘jefe’, directamente desde los estudios pornográficos y traído exclusivamente para él.


- ¿Dónde has estado? – fue lo primero que dijo, entrando al departamento – Tenías llamado esta semana y no asististe.

- Ocupado – fue toda su respuesta, mientras se colocaba un cigarrillo en la boca, cosa que hacía cuando se encontraba nervioso.

- Ocupado – repitió el hombre - ¿En qué? O tal vez debería preguntar ¿Con quién?


Harry se encogió de hombros, soltando el humo. Sinceramente había olvidado el llamado, no necesitaba ‘divertirse’ con desconocidos cuando tenía a Draco disponible para él día y noche. Y él sólo había aceptado ese trabajo en las películas buscando diversión.


- Luego voy.

- No, luego no, Harry. Se supone que es un trabajo y no puedes esperar una paga si no cumples tus responsabilidades.

- Ajá – respondió, chupando de nuevo su cigarrillo. Realmente, en ese momento no le importaba el sueldo, ya había conseguido suficiente dinero en todo aquello, y en caso de necesidad, siempre podía regresar a la compañía y buscar alguien más…

- Ven conmigo – pidió el hombre, cambiando totalmente su tono de voz y acercándose hasta tomar a Harry por las caderas. La camisa sin abrochar que llevaba puesta era demasiado tentadora para cualquiera.

- Te he hecho muchos favores, favores de todo tipo, déjame en paz ahora que lo necesito, ¿quieres?

- No… - susurró negando con la cabeza y acercándose a su cuello, Harry soltó una risita.

- Sí, si quiere – interrumpió una voz recién llegada –. Petrificus totallus.


El hombre cayó al suelo y Harry se quedó mirando sorprendido a Draco.


- ¿Por qué hiciste eso? No sabe de magia, es un simple muggle

- Porque me dio la gana – rugió Draco.

- Déjalo ir.

- Dudo que se vaya, aún si le quito el hechizo.

- Draco…

- No.


Draco había esperado en la habitación, hasta que le pareció demasiado tiempo y mucha plática con quien fuera que estuviese hablando Harry. Se acercó hasta la sala y observó como ese tipo tocaba y besaba a Harry. “No dejes que haga eso”, le había ordenado la voz en su cabeza. Y había lanzado el hechizo antes de darse cuenta de que no controlaba sus acciones. “Mátalo”, le estaba ordenando en ese momento la voz.


- Lo voy a matar – anunció Draco, levantando su varita contra él.

- ¿Draco? – preguntó asustado Harry, aquello no estaba en sus planes y tendrían problemas hasta con Ron si de verdad disparaba.

- Lo mataré – repitió, la voz en su cabeza seguía ordenándoselo. “Mátalo, Ron no dirá nada… le complacerá, deshazte de él…”

- Oh, Draco, eres todo un caso.



Harry se acercó hasta él y le pasó las manos por el cuello, para luego besarlo. La voz en su cabeza se apagó, después de que Harry lo estampara en la pared y le hiciera una mamada monumental. Cuando ambos estuvieron más tranquilos lanzaron un oblivate al pobre hombre y lo sacaron de ahí.


- ¿Qué fue eso? – preguntó Harry tendiéndose en su sillón. Draco no respondió, salvado a tiempo por el timbre, pero esta vez del teléfono.

- ¿Qué? – preguntó Draco por el auricular - ¿Y para qué nos quiere? – hubo una pausa – Bien, iremos.

- ¿Quién? – preguntó Harry desde su sillón.

- Luna, dice que Ron la mandó a llamar a todos los de la compañía, tenemos que ir.


* * * * *




La camioneta negra de Harry se estacionó al lado del convertible de Ron y de un automóvil azul metálico que era utilizado por las chicas. Casi enseguida de él, un automóvil plateado entró por la reja y se estacionó a su lado, de él bajó Blaise, con lentes oscuros.


- ¿Saben para qué nos llamó? – preguntó el chico.

- Ni idea, Luna no me quiso dar los ‘escabrosos detalles’ por teléfono – respondió Draco, mientras caminaban hacia la mansión. La mirada de Draco se posó en un automóvil estacionado frente a la entrada, se trataba de una camioneta roja de vidrios polarizados que ninguno había visto.

- ¿Quién diablos es?

- Mejor preguntarle a Ron – sugirió Blaise y los tres asintieron.


Una vez dentro, el grupo se reunió con las chicas que esperaban en la sala. Estaban sólo tres, de Hermione no había ni rastro. Un minuto después la puerta se abrió de nuevo y por ella entró Terry, seguido por varios chicos y chicas que ninguno de la ‘Compañía’ reconoció realmente, aunque muchos rostros habían sido vistos entrar o salir de aquella mansión.


- ¿Qué se supone que es esto? – se quejó Pansy – ¿Y por qué diablos no sale Weasley de ahí?

- Ron me pidió que contactara a todos los miembros de la compañía – aclaró Luna, mirando a Terry por apoyo.

- Y a mí me pidió que me asegurara que vinieran. ¿Podemos ir a un lugar privado? – susurró Terry a los chicos y todos se levantaron hasta ir a parar a la cocina y ser un grupo reducido nuevamente.

- Ron está hablando con alguien en su oficina, pero no nos dejó saber quién es ni para qué – informó Ginny, sentándose sobre la barra.


Pasaron un rato intentando adivinar qué era lo que ocurría, pero ninguno tenía ni la mínima sospecha, la más enterada al parecer era Luna y a la vez parecía que no quisiera soltar prenda de lo que ocurría, al final la chica rubia se había retirado, dejándolos en la cocina. El tiempo pasaba lentamente, así que Ginny introdujo un tema para quitarse el aburrimiento.


- Vamos a hablar de algo.

- ¿De qué? – preguntó Harry con el interés que provoca la aburrición.

- Pues, vamos a ver… - la pelirroja lo meditó un rato –. Ya sé… dinos Harry, acá entre nosotros, tú que te has follado a todo el clan…

- ¿Te has follado a todo el clan? – preguntó Pansy con una sonrisa – Vaya, de eso sí que quiero oír- Pronto todos escuchaban atentamente lo siguiente que preguntaría la pelirroja.

- Sí, se ha follado a todo el clan, igual que Ron, parece que es el reto que tienen todos los chicos aquí – hubo risas -. Además sé que a ti también Pansy, así que no te hagas la sorprendida – Pansy se encogió de hombros y Harry parecía indiferente a la pregunta –. Entonces, dinos Harry – preguntó la pelirroja con una gran sonrisa - ¿Quién folla mejor, chicas o chicos?


Harry soltó una risita antes de responder - ¿Es una pregunta retórica?


- No respondas con una pregunta, ¿Quién es mejor… las chicas?


Esta vez negó suavemente con la cabeza, con una sonrisa en los labios – Chicos – fue la palabra que salió de sus labios en una sencilla respuesta.


- Diablos – gruñó Ginny –. Entonces tendré que encamarme a algunos. Pero, continuando… ¿Quién tiene el mejor trasero?

- Obviamente yo, cariño – respondió Pansy dándose una nalgada, mientras todos reían y esperaban la respuesta de Harry.

- No es difícil – su sonrisa no se esfumaba y su mirada se conectó con unos ojos grises que lo observaban expectantes –. Draco – todos voltearon hacia el chico.

- Ay cariño, entonces levántate para que nos dejes ver esa maravilla – pidió Ginny.


Draco rió también, pero respondiendo al reto se levantó de su silla y dio una vuelta para que todos pudieran observar su retaguardia.


- Te doy la razón, es de campeonato – suspiró Ginny y recibió un codazo de Pansy –. El tuyo también es encantador, Pansy, jaja.

- ¿Y tú que opinas, Draco? – preguntó Pansy – después de todo, tú también conoces muchos más traseros de los que habemos sentados aquí.

- Bueno – Draco se encogió de hombros –. Igual, me gusta más el mío – hubo más risas.

- ¿Y tú Blaise? – preguntó Ginny en tono cómplice –. Tú no conocerás muchos, pero los de la ‘Compañía’ sí que los conoces bien – Blaise se ruborizó –. Vamos, en esta habitación todos sabemos que aunque Draco sea la prostituta oficial allá afuera, el prosti de nuestro grupo es Blaise…


Draco arrojó un cacahuate a Ginny, aprovechando que había un recipiente lleno en la mesa.


- Auch – se quejó - ¿Qué? Es cierto, sólo digo los hechos…


Harry tomó otro cacahuate y se lo lanzó.


- Ay ¡ya! Blaise, responde antes de que me saquen un ojo…

- Bueno… - respondió al fin, algo cohibido, sintiendo las miradas de todos –. Obviamente el de Draco es el mejor – el rubio se recargó en su asiento con suficiencia –, aunque igual me gusta el de Terry…


Terry escupió el agua que estaba intentando beber, causando la hilaridad en todo el grupo, especialmente de las chicas.


- Vale, vale… encantadora respuesta – guiñó Pansy -. Aunque me corroe la curiosidad… Volvamos con Harry – se sentó al lado de Ginny en la barra y quedó con la vista en el moreno - ¿Con quién perdiste la virginidad, cariño? – preguntó con la voz más cotilla que tenía –. Después de todo, vaya premio ese de ser el orgulloso ladrón de la virginidad de nuestro niño de oro…

- Pansy, realmente eres una entrometida – respondió Harry, actuando como si estuviera enfadado –. Pero si tanto te interesa la respuesta – se recargó en el respaldo, como lo estaba haciendo Draco –. Te puede contestar cualquiera de los chicos.

- No lo pillé – respondió Pansy y Ginny soltó una risita.

- Serás lenta, ¿no sabías? – a Ginny le brillaban los ojos –. Todo este grupo de calientes – señaló a los chicos – se montó una bonita orgía para perderle el ‘miedo’ al asunto del sexo.

- ¡Vaya! – exclamó Pansy con la boca abierta.

- Bueno, bueno… otra pregunta – aplaudió Ginny –. Hablando de chicos calientes… ¿quién es el más caliente del grupo?

- Ron – respondieron al tiempo Harry y Blaise, causando más risas en las chicas y un gesto de disgusto en Draco.

- ¿El más follable?

- No quiero decir nombres – dijo Harry, pero con la lengua en la mejilla señaló a Blaise con total indiscreción.

- Me lo imaginaba – aseguró Pansy y volteó la mirada al susodicho –. Lástima que no tengo pene, por como hablan de ti, me encantaría metértela – Blaise abrió mucho los ojos, sabiendo que no era broma –. Como sea, siguiente pregunta, ahora que hablamos de cosas que se meten – dirigió otra mirada sucia a los chicos - ¿Quién se las ha metido más rico?

- ¡Pansy! – se quejó Draco lanzando otro cacahuate, pero con una sonrisa.

- Oh, vamos… si no les cuesta tanto, es sólo decir un nombrecito y no se hagan los virginales, que no les queda.

- Empezamos de derecha a izquierda – sugirió Ginny - ¡Terry primero!


El chico, de cabello castaño rojizo, pareció pensarlo, pero no mucho, sabía que aunque intentara resistirse al interrogatorio sería en vano, sobre todo con Ginny y Pansy como encuestadoras.


- Estoy entre Harry y Draco – respondió encogiéndose de hombros.

- Draco, haznos los honores – pidió Pansy con una sonrisa cargada de morbo

- Harry.

- ¡Lo sabía! ¿Harry?

- Sin nombres.

- Ah no, ¡lo que queremos oír es precisamente un nombre!

- Bien… entonces, será Ron, supongo…

- Eso fue nuevo – murmuró Pansy - ¿Blaise?


Blaise era el último y a pesar de eso no estaba preparado, se sentía violado en la poca intimidad que aún conservaba, pero siguiendo el ejemplo de sus compañeros se decidió a hablar.


- Ron… -dijo en voz casi inaudible y bajando los ojos al piso, sólo escuchó las palmaditas que daban Ginny y Pansy con emoción.


Se escucharon pasos apresurados provenientes de la cocina, todos callaron, esperando a ver quién entraba. Era Luna, quien agitada les dio las noticias.


- Ron ha salido de su… junta, nos llama a todos.


****




- ¿Alguna pregunta más? – cuestionó Ron.


Estaban en la oficina del Weasley, dentro de la mansión. El hombre frente a él lo miraba con cara de pocos amigos, lo había interrogado durante horas por los nexos que mantenía con Draco Malfoy, quien era sospechoso de infinidad de crímenes. Por si fuera poco, también había indagado sobre nexos con Blaise Zabini, la pareja sentimental del actual Ministro de Magia, lo cual podía significar muchos problemas.


- Te lo dije, aquí no encontrarás nada, es sólo una casa de citas. Aquí se rentan acompañantes para toda clase de personas, especialmente ricos excéntricos.

- No te creo, Weasley – escupió.

- Ya te lo probé, puedo comprobar de dónde sacamos cada mínima parte de nuestro dinero. Es un trabajo y es totalmente legal - le sonrió –. Nosotros sólo rentamos gente para hacer compañía a otros… un oficio totalmente inocente.

- Ya encontraré su punto débil… y entonces…

- Y entonces los muggles harán magia – sentenció Ron, restándole importancia –. No encontrarás nada.

- Zabini – informó Seamus.

- ¿Qué hay sobre él? – preguntó Ron, levantándose con total tranquilidad.

- Al Ministro le interesará saber los nexos que tiene aquí – declaró satisfecho.


Ron amplió su sonrisa, se sentó sobre el escritorio, frente a Seamus, en una actitud totalmente retadora.


- Díselo, si tanta ilusión te hace. Pero tal vez el que se lleve una sorpresa… seas tú. En serio, no sé qué haces aquí.


Seamus Finnigan guardó silencio unos minutos, sospechando que algo traía entre manos el pelirrojo, bueno, en realidad, el que algún día había sido pelirrojo.


- Investigo. Encontraré pruebas y los hundiré, te lo aseguro Weasley.

- Investiga, anda… te vas a decepcionar, aquí lo único que vas a encontrar es sexo, ¿O es eso lo que buscas? – preguntó sugestivamente.

- Yo no soy gay, estúpido – respondió agresivo, levantándose inmediatamente de la silla.

- Yo lo pondría en duda – Ron sonrió con perversión y con un ágil movimiento colocó su mano en las partes bajas del auror.

- Vete a la mierda – respondió Seamus al tiempo que soltaba un puñetazo contra Ron.


Sin embargo, el otro chico era obviamente más fuerte, así que no sólo lo detuvo, sino que estampó a Seamus contra la pared más cercana


- Tú sabes que en el fondo nos deseas, a Draco, a Harry… a mí… hasta a Blaise, aunque sea la pareja de tu adorado Ministro… Y nos podrías tener si no buscaras ponerte en nuestra contra, nos tendrías a todos… - le susurró, pero inmediatamente lo soltó – Ahora, si me acompaña, señor Finnigan, le presentaré a nuestra gran familia…


****




La puerta de la oficina se abrió por fin y todos voltearon hacia ella. Draco y los demás llegaron en ese momento de la cocina y observaron atónitos quién era el que acompañaba a Ron.


- Chicos, tenemos una visita… el auror Finnegan.

Profile

loredi: (Default)
Lore

October 2010

S M T W T F S
      12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31      

Syndicate

RSS Atom

Style Credit

Expand Cut Tags

No cut tags